Mayra Pacheco (I)
Arriesgarse a realizar cambios ha permitido que las empresas se
reactiven, pese a las limitaciones que ha impuesto la pandemia.
Esos cambios tienen que ver con el uso de nuevas tecnologías, la
innovación, los ajustes en la modalidad de trabajo y la apertura de
nuevos mercados.
Según la Cámara de Innovación y Tecnología Ecuatoriana (Citec), una
encuesta de Ernst & Young halló que el 65% de las firmas en Ecuador
adoptó nuevos modelos de negocios, apalancados en la tecnología, como
respuesta a la crisis. Las automotrices, por ejemplo, exhiben y venden
sus modelos en ‘showrooms’ virtuales.
Las compañías vinculadas a la tecnología fueron las de mayor
crecimiento durante el 2020 y se espera que la tendencia siga este
año, dijo Citec.
La pandemia también obligó a innovar. Camilo Pinzón, titular de la
Alianza para el Emprendimiento e Innovación (AEI), explica que para
lograr un mayor crecimiento se deben identificar los sectores con más
potencial y entregar productos ajustados a las necesidades actuales
del cliente.
Por ejemplo, las industrias textiles y del calzado volvieron la mirada
a las prendas básicas. Una de esas firmas es Inducalsa, que por 47
años se dedicó a confeccionar zapatos escolares. El 2020 lanzó una
colección de calzado deportivo y casual de uso diario, luego de que
sus ventas cayeran 90% por la suspensión de clases presenciales.
Christian Orbe, gerente de la firma, aseguró que invirtieron USD 15
000 en la presentación de su nueva línea.
El ajuste al esquema de trabajo, en turnos o por teletrabajo, es otra
apuesta, mientras avanza la vacunación.
Agroapoyo, que produce frutas deshidratadas y ‘snacks’ saludables,
modificó el horario de sus 61 empleados desde mayo del 2020. Ahora,
ellos hacen turnos de 15 días de trabajo y 15 de descanso.
Para eso habilitó un campamento provisional en la empresa. Este
sistema se llama “agrohome” que, sumado a otros ajustes, demandó una
inversión de USD 100 000.
Con ello, los contagios del personal bajaron a cero desde diciembre
pasado, expresó Édgar Narváez, gerente de proyectos e imagen de
Agroapoyo. Y su producción creció el 2020 en un 60% frente al 2019.
La apertura de mercados es otra oportunidad, en especial para el área
agroalimentaria. Xavier Rosero, docente de la Pontificia Universidad
Católica del Ecuador, dijo que ese sector logró subir sus
exportaciones un 10% en el 2020. Ahora el desafío es consolidarse en
mercados internacionales.
Esa ruta siguió Amati, que produce bebidas y risottos con cereales
andinos. Esta firma hizo gestiones para abrir nuevos mercados. Antes,
sus bebidas iban a Chile. Y en enero de este año hizo un primer envío
a España y a Francia.
Para que estas estrategias y la competitividad mejoren, el sector
empresarial demanda de políticas laborales flexibles, incentivos
tributarios, menos trámites y crédito, dijo Marcelo Alemán,
coordinador de proyectos de la Cámara de Comercio de Quito (CCQ).
Uso de nuevas tecnologías, innovación, ajustes en la modalidad de
trabajo y apertura de nuevos mercados son las apuestas para salir
flote.