La banca privada restringió severamente el crédito en febrero: redujo la cartera por vencer en USD 133 millones. Esto quiere decir que de los créditos que se vencieron y recibió un pago, a muchos clientes les dijo que les renovaba pero por un valor menor. En marzo la economía posee 1% menos crédito bancario privado del que tuvo en febrero.
Esta reducción de crédito en febrero se suma a la que se dio en meses anteriores. En febrero, en relación a febrero 2015, el crédito de la banca privada se ha reducido en USD
1 892 millones, casi 10%. Lo cual tuvo un costo: la cartera vencida aumentó en USD 157 millones.
El crédito comercial cayó 12,5%, en USD 1 193 millones. Las empresas tienen menos capital de trabajo; para algunas es capital que no necesitaba, puesto que han caído las ventas. Para otras fue muy difícil pagar lo que no le renovaron.
El crédito de consumo se contrajo en 12 meses, en USD 782 millones. Hay mucho menos crédito para comprar productos, y muchos consumidores deben haber tenido dificultad en pagar sus tarjetas de crédito o de afiliación.
Con estas cifras, es difícil creer que la economía se mantuvo o creció en 2015, como sostienen las autoridades.
La reducción del crédito no es por capricho. El negocio de la banca es prestar. Si el crédito se hubiera mantenido en lugar de reducirse, la banca hubiera tenido unos USD 130 millones más de ingresos, monto poco despreciable considerando que es la mitad de lo que fueron las utilidades de la banca en 2015.
Dar crédito y ganar plata es el segundo objetivo más importante de la banca; el primero es proteger la plata de los depositantes, puesto que el dinero que prestan es nuestro. Con la caída del precio del petróleo entran menos dólares al país; la economía pierde liquidez y hay menos depósitos en los bancos. En los doce meses que la banca redujo el crédito en USD 1 892 millones, perdió depósitos por USD 2 332 millones.
Lo anterior quiere decir que la mayor parte de los dólares para atender el retiro de depósitos la banca los sacó al no renovar créditos. Por lo que mantiene intacta su liquidez. Ese es el motivo por el que la banca está tan líquida hoy como hace un año, a pesar de los menores depósitos.
De esta situación se desprende que las políticas públicas deben estar encaminadas a preservar e incluso incrementar la liquidez de la banca. Hay presiones de instancias gubernamentales que no están conscientes de esto, y presionan para que la banca en lugar de provisionar fondos ante un posible deterioro de la cartera, declare más utilidades y cause más impuestos.
Esa es a todas luces una visión miope. Mientras que no haya visos de que la situación económica se componga, y que vuelvan a crecer los depósitos, no cabe anteponer la saciedad del apetito fiscal a la seguridad de nuestros ahorros.