Los electores tienen una responsabilidad histórica en estas elecciones del 11 de abril. Frente al futuro del país, cumplir con su deber cívico de ejercer un voto libre, pero consciente, razonado, informado y responsable. Que piensen en el futuro de sus hijos y sus nietos y no caigan atrapados en los engaños y las mentiras de la campaña electoral y con ello incluso que se ponga en riesgo la dolarización, que la gran mayoría de ecuatorianos respalda.
En esta campaña se volvió al baratillo de ofertas, a pesar de que la situación del país es difícil, agravada por la pandemia, y se juega con la esperanza de quienes sufren crisis económica, social, de salud y muchos sin trabajo. Aquellos que invocan a la juventud, pero con ideas de la vieja política del populismo, que para tratar de captar los votos ofrecen las mismas dádivas y prácticas demagógicas, que se evidencian en el socialismo del siglo 21, que ha llevado a la igualdad, pero en la miseria a Venezuela, Nicaragua, Cuba y en camino Argentina y Bolivia.
Según testimonios públicos de dos representantes y ejecutivos del Banco Central, cogerse dineros de esta institución pondrá en una grave situación a las reservas y consecuentemente a la dolarización, cuyo respaldo quedaría en papeles y no en dinero líquido, cuando la mayoría pertenece a los depositantes. Actualmente se cuenta con un 40 % de activos líquidos y un 60 % de activos no líquidos con papeles, bonos, acciones de la banca pública y deudas del Ministerio de Finanzas, herencia del gobierno anterior.
Tantos ofrecimientos de campaña, pero quienes tuvieron oportunidad de gobernar no pudieron hacer todo lo que hoy prometen. Los votantes deben estar conscientes de la realidad y no olvidarse lo que ya viviera el país, hoy agravado por la crisis y la pandemia. La disyuntiva de hoy es: votar por el retorno incierto al pasado o buscar nuevos derroteros, con unidad y sin sectarismo ni odio, enfrentar con responsabilidad la emergencia sanitaria, impulsar el desarrollo productivo y del agro, la reactivación económica, social y del empleo, la inversión privada, con certezas y esperanza. Con la seguridad de exigir espacios democráticos para hacer una oposición responsable y necesaria.
Un hecho importante será cuidar los votos que libremente se emitan en las urnas para que haya el respeto al mandato popular. Que se cuide lo que suceda durante toda la jornada en las juntas receptoras. Exigir que haya garantías y seguridades en el conteo de cada sufragio. A mayor transparencia menor posibilidad de conflicto y a menor transparencia mayor posibilidad de conflicto. Evitar que se repitan hechos cuestionados y apagones en el sistema electoral como ya ocurrieran. Esto no es solo responsabilidad de las organizaciones políticas finalistas sino de todos porque está en juego el futuro del país.