Nada o casi nada. Nos quedó un país sin ahorros, endeudado, en recesión y aislado del mundo. Nos quedó un país dividido, donde -adicionalmente- es costoso producir. Y con medios de comunicación, sistemas de seguridad social y sistemas financieros debilitados.
¿Cómo llegamos a farrearnos el ‘boom’? Fácil: tuvimos muchísimo dinero, pero gastamos bastante más de lo que teníamos. Veamos, como ejemplo, lo que ocurrió en el año 2013, la última vez en que, durante todo el año, el precio del barril estuvo alto.
En 2013, el Ecuador produjo 192 millones de barriles de petróleo. Los barriles que se exportaron lo hicieron a un precio de USD 96. Es decir, la producción de petróleo del 2013 tuvo un valor de 18 400 millones de dólares.
De los 192 millones de barriles producidos, 140 se exportaron, al ya mencionado precio de USD 96. Así, las exportaciones petroleras fueron ese año de USD 13 412 millones, el récord absoluto en toda la historia del Ecuador.
Según la información del Banco Central, de las exportaciones petroleras ya señaladas, una buena parte, USD 11 433 millones, fueron al Estado y representaron el 31% de los ingresos del sector público no financiero. Eso demuestra cuan enormes fueron los ingresos petroleros que recibió el Gobierno.
Pero el sector público tenía otras importantes fuentes de ingresos: las tributarias fueron USD 13 668 millones (hasta ese momento, la recaudación más alta en la historia). Además, las empresas y trabajadores del país contribuimos a la seguridad social en USD 4,547 millones. Si a eso se suman otras fuentes menores, resulta que en total, el sector público tuvo ingresos por USD 37 260 millones, una cantidad de dinero astronómica, incluso para esa época de abundancia.
Cantidad astronómica y también un récord, pues en toda la historia del Ecuador el sector público nunca había tenido tanto dinero a su disposición. Sin necesidad de ir muy lejos, en el año 2006, los ingresos del sector público habían sido casi la tercera parte que en el 2013 (obviamente ajustados por inflación).
Pero hay que recordar que el sector público está controlado por una izquierda que sigue convencida que todo se soluciona con más gasto público, una izquierda que cree que el Estado administra mejor los recursos que los privados. Por eso, su gasto fue de USD
41 607 millones, o sea, USD 4 348 millones más que los ingresos. Y la diferencia entre ingresos y gastos es el déficit fiscal.
Por eso, a pesar de los ingresos petroleros récord, de las recaudaciones tributarias récord, de las contribuciones a la seguridad social récord, también impusieron un récord de déficit fiscal. Y los déficits fiscales se cubren con deuda y en ese año la deuda pública creció en 4 298 millones.
Repita eso por nueve años consecutivos y tendrá un ‘boom’ del cual quedó nada o casi nada.
@VicenteAlbornoz