La expansión del coronavirus en el mundo ya ha causado contagios masivos y más de tres millones de muertes.
Los dirigentes políticos han dicho que, o hay vacunas para todos, o de lo contrario todos estaremos inseguros, vulnerables al virus letal. Simple.
Durante la semana, las declaraciones de países donde ya sobran vacunas, como Estados Unidos o Canadá; o de sociedades donde mucha gente, pese a la abundancia de vacunas es reticente a inocularse, condujeron a nuevos debates y controversias.
En Portugal, el presidente francés Emmanuel Macron fue claro en sus conceptos. Pidió con firmeza a Estados Unidos que ponga fin a la prohibición y libere las patentes para producir vacunas masivamente en todo el planeta y pronto tener inoculada a toda la población. O al menos a un número suficiente para que, si el virus es comunitario, muta o convive en la tierra por varios años, sus efectos mortíferos se atenúen.
En Estados Unidos cobra fuerza esta tesis y además se abren las fronteras hacia un turismo de vacunas, que también tiene el fin de levantar la economía y el comercio luego de un año de desastre.
Ahora bien. Hay varios problemas que están atrás de la posible liberación de las patentes de vacunas. El negocio millonario de un puñado de laboratorios se derrumbaría. Pero no cabe desconocer que hicieron inversiones millonarias, contrataron una plantilla grande de científicos y llegaron a distintas vacunas con efectos diferentes, pero que son las que se aplican en todo el mundo.
Una liberación, por indispensable que sea – y que lo es -, supone dificultades por la sofisticación de los experimentos, la dosificación exacta y los riesgos de una mala aplicación.
Abierta la patente también se puede esperar grandes negocios turbios con fórmulas poco eficaces y hasta placebos, como en cierta medida ya ocurre. Si eso es masivo, el remedio puede ser peor que la enfermedad.
Mientras algunos países perfeccionan la calidad y certeza de las vacunas, la inoculación debe expandirse. Caso contrario, no podremos dormir tranquilos durante muchos años.