ENFOQUE INTERNACIONAL
Tomado de la agencia EFE
La llegada de las vacunas contrael covid permitió que en 2021 se reanudara buena parte de la actividad mundial paralizada en 2020, pero las dosis no trajeron el deseado fin de la pandemia, que evolucionó en variantes más contagiosas y causó aún más casos y muertes este año que el pasado.
La mayor campaña de vacunación de la historia, que alcanzará las 9 000 millones de dosis a finales de año, consiguió que en 2021 se redujeran los confinamientos y las restricciones de viajes, aunque la vida no volvió a ser como era antes de la pandemia.
Tras un 2020 de cancelaciones y encierros, este año se pudieron celebrar, aunque fuera con restricciones, grandes acontecimientos como las Olimpiadas o la Eurocopa, y las vacunas trajeron más libertad para desplazarse y reanudar la vida social, con mayor tranquilidad sin duda en los países donde la tasa de vacunación es más alta.
Mientras a mitad de este año los países más industrializados habían conseguido vacunar a la mayoría de su población adulta, en el mundo en desarrollo llegaban a cuentagotas, lo que dio lugar a una pandemia “a dos velocidades”. Mientras en Occidente hubo durante meses una sensación de vuelta a la normalidad, en regiones como el sur de Asia, Latinoamérica o África, a los que las vacunas llegaron con lentitud, la situación durante buena parte del año no fue demasiado diferente a la de 2020: hospitales colapsados, confinamientos y miedo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió desde comienzos de año que el avance de la vacunación estaba siendo peligrosamente desigual, que con ello el mundo entero corría el riesgo de que el coronavirus mutara hacia formas más peligrosas y sus advertencias se cumplieron en Asia y África.
La variante Delta, más contagiosa que las anteriores y que hoy supone el 99% de los nuevos contagios de covid-19, se detectó primero en la India, que sufrió a mediados de año la peor ola de la pandemia vivida por un sólo país, con hasta 400 000 casos diarios.
La Delta redujo al 90% la protección de los vacunados frente a formas graves de covid y a entre 60% y 40% en el caso de cuadros moderados, por lo que hay que aceptar que las vacunas ya no son un blindaje al contagio, pero sin duda evitan en la gran mayoría de casos hospitalizaciones y muertes.
A esta situación se ha sumado el movimiento de escépticos frente a las vacunas que atraviesa numerosos países, donde las tasas de inmunización se han mantenido relativamente bajas, alejando el objetivo de alcanzar una inmunidad colectiva.
La alarma mundial ha vuelto con el surgimiento de otra variante, incluso más contagiosa que la Delta, la Ómicron, cuyos primeros casos se detectaron en Sudáfrica y Botsuana, desatando nuevas restricciones aéreas y pánico bursátil.
La OMS no ha dejado de repetirlo: sin un reparto equitativo de las vacunas, el mundo sigue sin estar a salvo, y las cifras lo evidencian: en 2021, pese a la engañosa sensación de alivio, hubo más contagios y muertes.