Una severa insuficiencia cardiaca – que estoy superando – me alejó dos semanas de esta columna.
He revisado numerosas y contrarias opiniones sobre la vacunación de prevención contra la enfermedad viral covid 19, en el Ecuador y en el mundo. La pandemia que se expande desde China, en diciembre del 2019, y se universaliza en marzo del 2020, ha mutado en variantes. Según datos registrados en el mundo, al viernes 16 de julio del 2021, el número de contagiados supera a 188.9 millones de seres humanos y el de fallecidos está por encima de 4 millones. En el Ecuador, el número de contagiados supera a 476 mil personas y el de fallecidos a 22 mil. Y habrá un número muy superior de contagiados y de fallecidos que está fuera de las cifras oficiales.
Toda vacuna – las hay contra tuberculosis, poliomielitis, viruela, hepatitis B, difteria, tétanos, tos ferina, sarampión, paperas, influenza, rubeola, virus del papiloma humano, entre otras; y, desde fines del 2020 contra covid 19- intenta prevenir una enfermedad, no es curativa. El éxito mayor es que lleven a cero riesgo la posibilidad de contraer la enfermedad, lo cual vacunas históricas habrían conseguido; pero, las diferentes vacunas, que se producen por diversos procesos, contra covid 19 no lo han alcanzado aún.
Más aún, hay informaciones verificadas de que variantes de covid 19 podrían aparecer en quienes ya han recibido dos dosis de las vacunas existentes, pero en forma moderada, no con la gravedad precipitante al riesgo de muerte. Por eso, aun los vacunados deben mantener las precauciones. En sectores de Europa ya están entrando en la quinta ola de contagios, generando encierros y otras medidas para el distanciamiento social, porque la mascarilla no es suficiente en la prevención.
Se menciona que por la Constitución y por instrumentos internacionales a nadie se puede obligar a vacunar, ni a someterse a cirugías, o a quimioterapia o a otros procedimientos médicos, ni a tomar medicación alguna.
Admitamos que cada ser en singular es dueño de su cuerpo; pero, ¿cuál es el problema con covid 19?, la seguridad de que en espacios compartidos es elevadísimo el riesgo de contagio. El Presidente de Francia, Enmanuel Macron, en el día Nacional de ese país, 14 de julio de 2021, envió mensaje al que rechace ser vacunado: “Esta vez se queda usted en casa, no nosotros”.
Quien no quiera ser vacunado, podría ser un peligro social, que supera a lo que sería decidir sobre su cuerpo, al convertirse en el riesgo de ser un portador contaminante de la enfermedad, en variantes severas, más allá de su voluntad de no afectar a persona alguna, que seguramente la tendría.
Y ¿podría haber casos de temor de mayor riesgo al vacunarse? Tendría que singularizarse los casos para la debida sustentación.