Tras un proceso de crecimiento del sector de la salud pública, de un sustancial mejoramiento en el equipamiento, de entrega de ingentes recursos que antes no se había registrado, ahora se advierte un bloqueo en el sistema que afecta en especial a los pacientes de escasos recursos y hay un retardo en la atención por el aumento de la demanda. Uno de los avances fue el establecimiento en la nueva Constitución de un modelo incluyente y de equidad social. Se creó el sistema nacional de salud, que habla de servicios seguros, de calidad y calidez, universales y gratuitos en todos los niveles de atención: diagnóstico, tratamiento, medicamentos y rehabilitación.
En los hospitales públicos creció el número de cirugías, se extendieron los horarios de atención, aumentaron más del doble las consultas, lo cual es loable porque abrió la posibilidad de un mayor acceso ciudadano. Empero, con el paso del tiempo aparecen problemas imprevistos y empieza a fallar el sistema, sin salidas ni soluciones en el Ministerio de Salud frente al desbordamiento de la demanda. Resulta casi imposible obtener citas por teléfono, especialmente a quienes se les salvó la vida con una operación y necesitan chequeos. Los demandantes tienen que disputarse para lograr una cama. Ese es el caso de los hospitales Eugenio Espejo y del cantón Rumiñahui.
La situación de Solca es digna de análisis y solución; institución social privada sin fines de lucro. En Quito, al mando del general ® Solón Espinosa, se estableció un sistema exitoso de atención, con la construcción de uno de los mejores hospitales de la región. Se financiaba con un impuesto a las operaciones bancarias, que no hacía daño ni perjudicaba a nadie por su espíritu de solidaridad. Esta administración eliminó la fuente de recursos con el argumento de que el Estado le compensará en el presupuesto fiscal. Desde el 2009 se puso casi el mismo rubro de gasto del 2008 sin tomar en cuenta el notable crecimiento de la demanda y ahora sufre el martirio de estar rogando el aumento de la asignación.
Los jóvenes ministros de Finanzas y Salud aparecen bien intencionados pero sin mayor experiencia, sin conocer cómo funciona la burocracia y no resuelven el problema. Se habían comprometido a formar una comisión para que estudie el problema pero luego de 3 semanas se sigue esperando mientras crece la demanda y la situación de los pacientes se complica. Desconocen que el 2009 atendieron a 50 mil pacientes adicionales y en lo que va del 2010 a más de 15 mil extras. Los ministros deben visitar el hospital de Solca para que tengan idea del problema porque la anterior ministra ni siquiera lo hizo en sus más de 3 años de gestión, según reporte de la entidad. Qué daño le hicieron a Solca y por ello deben enmendar el error, que tiene repercusión social.