En la Unión Europea, con la pandemia, ha caído la venta de autos a gasolina y diésel, mas no así la de carros eléctricos. Los precios casi se han equiparado. Esto es posible porque la Unión Europea subsidia los carros eléctricos en unos USD 10 000. En Alemania se puede adquirir un auto eléctrico pequeño por USD 164 mensuales de arrendamiento mercantil.
En septiembre California, el estado más grande de los EE.UU. con 40 millones de habitantes y un PIB ligeramente menor que el de Alemania y mayor que el de la India, prohibió la venta de carros a gasolina a partir de 2035. Esto llevará a la industria automotriz a destinar su presupuesto de inversión a desarrollar motores eléctricos o, en todo caso, de cero emisión y a ofrecerlos globalmente.
También en septiembre Shell Oil, la petrolera con la mayor red de gasolineras en el mundo y segunda en ventas después de la china Sinopec, anunció un recorte del 40% en sus gastos de producción de hidrocarburos, y la concentración de dichas actividades en el Golfo de México, Mar del Norte y Nigeria. Se debe a un drástico cambio en la cultura empresarial, ya que Shell apunta a dejar los hidrocarburos y entrar en electricidad y otras energías renovables. La plana mayor de Shell no ve futuro en el petróleo.
De pronto, ya apareció en el horizonte el fin del petróleo como la fuente de energía que mueve al mundo. Algo que venía pronosticándose desde hace mucho tiempo se vuelve realidad. La venta de gasolina y diésel dejará de crecer para luego declinar, por lo que las petroleras necesitarán invertir menos en exploración de crudo y se concentrarán, como hace Shell, donde hay los campos más grandes y los gobiernos menos conflictivos.
Las reservas petroleras del Ecuador ocupan el puesto #17 en el mundo. Antes que Ecuador están los 5 países de gigantesco territorio: Canadá, Rusia, EE.UU., China y Brasil; ocho países musulmanes del Medio Oriente y Sahel; y Venezuela, Nigeria, Kazakstán. Angola empata.
Nadie más. Ni México ni Argentina, ni Noruega y Gran Bretaña en el Mar del Norte, tienen tanto petróleo como Ecuador. Pero somos #28 en producción, o sea diez países con menos reservas, incluyendo Colombia, México, Noruega y la India, aprovechan mejor esta riqueza mineral.
A buena parte de la opinión pública nacional atrae la idea de no explotar petróleo. Pero es una insensatez. Es dejar cientos de miles de millones de dólares bajo tierra. Si duplicásemos la producción petrolera, en lugar de hablar de deuda externa, nuevos impuestos y recorte en inversión pública, estaríamos debatiendo si es mejor invertir más en salud o educación, y cuánto guardar en un fondo contra catástrofes. En cortísimo tiempo a nadie ya le va a interesar invertir en buscar y extraer petróleo. El próximo gobierno tendrá la última oportunidad.