La gente es horrible. Los humanos tenemos una impresionante propensión al fanatismo. Hay cosas que nos dicen, que leemos, y que nos gustan. ¡Poof! por arte de magia se convierten en nuestras verdades. Sin verificaciones, sin cuestionamientos, solo ¡poof!
En efecto hubo noticias verdaderas de que las bolsas en EE.UU. tuvieron un subidón.
Consecuencia, “Trump es un genio”. “Estaba claro que se necesitaba un empresario a la cabeza del país, es un genio”.
No, no lo es. Solo que hay medidas fáciles para producir éxitos o felicidad a corto plazo, y que a largo plazo son muy nocivas (como el alcohol o la droga para las personas). Por regla general los instrumentos que se comercian en las bolsas tienen un precio calculado equivalente a los rendimientos que ellos producirán. El mercado estima que las acciones de una empresa tendrán un cierto rendimiento los próximos años, hacen un cálculo del valor actual de esas ganancias y ese es el precio al que se venden. Efectivamente hay veces que el valor calculado es erróneo, pero eso da pie a oportunidades llamadas operaciones de arbitraje (“financial arbitation” en inglés), donde operadores explotan esas falencias para hacer más dinero. Pero esto se entiende que son fallas del mercado.
Trump pasó un recorte masivo de impuestos para las mayores fortunas y las grandes empresas del país. Al tener menos impuestos las empresas darán más dividendos. Mayores dividendos significa mayores ganancias a quienes posean acciones; es decir, más rendimientos, consecuentemente mayor valor de las acciones, por lo tanto la bolsa tiene subidones. Pero, ¿por qué no se lo hizo antes? Porque es una medida estúpida. Estados Unidos tiene un problema gravísimo de desigualdad, y otro más gordo de déficit del sector público. A mediano plazo dar dinero a quienes más tienen genera una multitud de problemas. Todo se explica por las ganas de Trump de congratularse con esos individuos (a costa de hacerle añicos al país).
Correa es un genio del mal. Cualquiera puede llegar al poder, masivamente endeudar al país, así dar empleo a todos en el sector público, construir obras que no eran indispensables, gastar, gastar y gastar para que la gente se impresione. Fácil.
¿Por qué nadie lo hace? Porque destruye el futuro de quienes tendremos que pagar la deuda o devasta la naturaleza que tendremos que explotar para cubrir lo gastado. Todo se explica por la corrupción y la necesidad de tener a la gente feliz mientras se llevaban el botín.
Desgraciadamente la gente se queda con primeras y simples impresiones (y luego las defienden).
Trump es tan genio como lo es Correa. Yo tengo mejores palabras para calificarlos, por ejemplo, cortoplacistas, populistas, devastadores, o irresponsables.