Entre las opciones que baraja el Gobierno para incrementar sus ingresos es gravar con IVA las medicinas. Este es el Presidente que cuando asumió, quiso bajar el IVA por ser regresivo.
La idea es que los afiliados obtienen sus medicinas del IESS, los pobres de los servicios médicos estatales, y solo los ricos pagarán el impuesto.
El problema es que normalmente el IESS no da medicinas. Cuando las tiene, son solo las básicas. No cubre las medicinas de los dependientes del afiliado. La clase media pagará el impuesto.
En cuanto a los hospitales públicos, que conozca por lo general los pacientes reciben prescripciones que tienen que llenar en las boticas circundantes.
Si solo los ricos no afiliados al IESS o que no quieren pasar por sus engorrosos trámites son los que compran medicinas en las boticas, no habría tantas.
El Gobierno justifica esta medida, por cuanto necesita USD 406 millones para ampliar la oferta de salud. Indica que ha subido enormemente la demanda de los servicios de salud pública, y que es urgente ampliar la red de hospitales.
Dar un mínimo de cobertura de salud a toda la ciudadanía es un buen servicio. Pero aun más básico para el Estado es dar seguridad, a lo que aparentemente no se le otorga tanta importancia. La seguridad ciudadana es lo que marca la existencia de un Estado que sirve a la ciudadanía.
Pero regresemos al tema salud. El precio del petróleo está al alza, y el Estado ha cambiado los términos de los contratos petroleros para incrementar la renta estatal. El SRI rompe récord de recaudación todos los años. En 2010 el Gobierno consiguió financiamiento por USD 3 mil millones por encima de lo que requirió por concepto de amortizaciones.
¿Por qué no alcanza la plata para hacer hospitales?
Nunca va a alcanzar el dinero si se quiere hacer todo al mismo tiempo. Ha mejorado la red vial; en 2010 el país se dotó de un parque termoeléctrico que contribuyó a defendernos de un posible nuevo estiaje. Hoy, a la vez que se quiere construir nuevos hospitales, el Gobierno impulsa una ley que incrementa el rol de pagos del magisterio en USD 215 millones anuales.
A este nuevo impuesto lo seguirán otros. La participación del sector público en la economía, hoy por lo menos 40%, seguirá aumentando. Estamos en un proceso en que el Gobierno da una absoluta prioridad a la acción del Estado y minimiza el derecho del ciudadano de disponer del dinero que gana fruto de su trabajo.
Es hora que esto cambie. Que busque la más eficiente utilización de sus recursos económicos, que por definición son escasos. Que busque mejoras cualitativas: ¿Ha mejorado la salud y educación proporcionalmente al crecimiento del gasto?
En síntesis, es hora que el Estado se ciña a sus realidades y viva dentro de un presupuesto.