La tragedia de Bella Rica ilustra la falta de seguridad de la minería en Ponce Enríquez, donde los Andes abruptamente se convierten en Costa. Un deslave sepulta un número aún no determinado de trabajadores y pobladores. Es ineficaz el control sobre la pequeña minería y los informales.
Gran parte de los fallecidos son peruanos. ¿Hay escasez de trabajadores nacionales? ¿O es que acaso se contratan peruanos indocumentados para ahorrar costos? Que las autoridades laborales y del IESS expliquen qué controles aplican.
En lo que han mejorado los controles es sobre el destino del oro extraído. El Central registra USD 364 millones de exportación en los primeros 11 meses del año, aumento de 185% sobre el mismo período de 2011, que a su vez creció 80% sobre enero-noviembre 2010.
Lo que no arranca es la gran minería, en compás de espera hasta que entre en vigencia una ley reformatoria, una vez que el Presidente Correa aceptó que la flamante Ley de Minas incluye condiciones inaceptables para las empresas inversionistas.
El proyecto de ley reformatoria no ha sido enviado a la Asamblea; se esperaría a que se constituya el próximo parlamento.
Los inversionistas no se sientan a esperar los meses o años que le toma al Ecuador tomar decisiones importantes. Cuando todos los obstáculos estén superados, las empresas no estarán preparadas a iniciar los trabajos.
Hay cuatro mineras con reservas probadas y listas para la fase de desarrollo y luego producción. Dos tienen pequeños yacimientos auríferos en Azuay. Pequeños, porque detectaron las suficientes reservas para declararlos comerciales, pero no se descarta que nueva exploración determine que son algo mayores.
Ambas están en el proceso de ceder sus derechos, puesto que tienen otros prospectos en países andinos, no pueden tener ociosos a sus técnicos y capital, y los reubican.
Hay dos grandes en el suroriente.
Ecuacorriente de capitales chinos firmó en marzo, y recientemente pagó las regalías anticipadas estipuladas en el contrato. Pero no empieza los trabajos ni en la mina, en Zamora, ni el Puerto Bolívar, donde estará la terminal para minerales metálicos.
Kinross espera la reforma legal para firmar el contrato para la exploración y explotación de una mina de oro, pero sus capitales y técnicos deben haberse asignado a otros proyectos de similar importancia que Fruta del Norte, en Mauritania y Chile. Tomará un tiempo luego de la firma del contrato, para volver a juntar técnicos y fondos para el proyecto ecuatoriano.
Del momento de arranque de operaciones de estas dos mineras, tomará tres años para que la producción y exportación alcance un volumen que genere ingresos fiscales de importancia.
Será el Presidente que se posesione en 2017, no en 2013, quien coseche la riqueza minera de nuestros Andes.