¿Qué significa “participación ciudadana” o participar ciudadanamente? Para muchos, este término, a veces abstracto, se reduce, en lo político, a votar por alguien en cada elección; y, en todo lo demás, a cumplir con las leyes del país.
No es un mal comienzo, me parece, pero sigue siendo una definición limitada porque, desde aquella óptica, el ciudadano tendría, en el mejor de los casos, un rol pasivo o reactivo en la vida de su ciudad o comunidad.
Pero participar no es reaccionar. Es ser parte activa de algo o tomar partido por alguna causa. El problema es que en Ecuador todavía no hemos aprendido a identificar causas y, peor aún, a definirlas con precisión, por culpa de nuestra precaria cultura cívica.
La retórica política es una muestra crasa de aquello. Casi todos los políticos –o aspirantes a serlo– pronuncian discursos inflamados en torno a la defensa de la justicia o la libertad, por ejemplo. Pero ninguno de ellos es capaz de concretar la defensa de esos valores en una causa que sea lo suficientemente grande y digna como para cautivar la imaginación de los demás, ni lo suficientemente concreta para que pueda ser entendida por todos.
De esta forma, aquella supuesta defensa de la libertad o de la justicia termina, para desilusión de todos, en lo de siempre: en la promoción de intereses o agendas particulares o sectoriales y no en la consecución del bien común mediante causas plausibles.
En eso, la nueva generación de jóvenes –conocidos como “Millennials”– tiene mucho que enseñarnos. Sin rasgarse las vestiduras, ellos han identificado causas concretas que promueven la justicia y la libertad. Por ejemplo, muchos de ellos han tomado partido por los derechos de los animales o por el cuidado del medioambiente.
Otros han visto en el emprendimiento social una forma de obtener libertad económica y promover la justicia. Otros tienen muy clara la importancia de promover la diversidad y defender los derechos de las minorías.
Han hecho todo aquello sin caer presa de fetichismos ideológicos ni partidistas. Eso ha permitido que su compromiso con las causas que han ideado sea real y sincero.
¿Qué busca la sociedad ecuatoriana con la creación del nuevo Consejo de Participación Ciudadana? Tengo la sensación de que no busca nada sino que sólo espera algo.
Ese rol eminentemente reactivo conducirá al mismo resultado: al desconcierto y al escepticismo. Para convertirnos en ciudadanos necesitamos definir causas –concretas, sinceras y honestas– por las que podamos tomar partido.
Si no hacemos eso, jamás llegaremos a participar en la vida de nuestra comunidad y seguiremo siendo observadores pasivos de los desastres que otros hacen en nuestro nombre.
@GFMABest