Rodrigo Albuja Chaves

Sobre la eficiencia energética


El racionamiento de energía eléctrica que sufre actualmente el país es la culminación de un periodo de inercia y ligereza que ha caracterizado a la conducción del gobierno, frente a las necesidades nacionales. Desde todos los sectores se ha señalado el cúmulo de errores y la incapacidad del gobierno para enfrentar esta crisis, tan costosa desde todo punto de vista. Dado el papel estratégico de la energía, es imperativo tomar conciencia de la necesidad de adoptar  políticas para su manejo adecuado en el proceso económico y social, y para enfrentar la gran inequidad que existe a nivel mundial para acceder a su utilización.

Dentro de las formas de energía existentes, la energía eléctrica es imprescindible en la mayoría de las actividades humanas, por su utilidad en la automatización de muchos procesos industriales y su incidencia en el disfrute de formas de vida con bienestar para la sociedad.

Sin embargo, a decir de los expertos en la materia, existen ciertos mitos que se deben desvirtuar con el fin de otorgar rigor al estudio de los factores que hacen posible el suministro de energía, el acceso a ella y el uso de la misma.

Se estima que nuestros modelos energéticos siguen basándose en un dogma considerado incuestionable: el desarrollo económico siempre supone producir más energía; esto ha incidido en el incontenible aumento de su consumo en todo el orbe. Por tanto, el mundo debe comprometerse en torno a una idea basada en la austeridad, la eficiencia y el uso de energías renovables. Para asegurar nuestro futuro energético debemos aprender a consumir mejor en lugar de producir siempre más.

La austeridad energética consiste en reducir el derroche en todas nuestras actividades individuales y sociales. El uso eficiente de energía responde a la necesidad de asegurar su suministro en el largo plazo, para sustentar la eficiencia y la competitividad de la economía nacional. Así mismo, el ahorro energético en el sector industrial es necesario debido a sus costos económicos y medioambientales. 

Es reconocido el papel del sistema energético en el diseño de un modelo de desarrollo sostenible. Pero la desigualdad en el acceso a la energía por parte de los países del Sur frente a los países industrializadosdel norte, limita el desarrollo humano de una parte importante de la población mundial y haceinsostenible al sistema energético vigente en el mundo.

Ante la serie de crisis con racionamiento del suministro eléctrico sufrida por el país desde el año de 1992, el reto es ampliar la capacidad de las  fuentes de energía con nuevos sistemas de producción eléctrica para hacer frente al crecimiento de la población, y con ella al aumento de la demanda. Una opción importante para ese efecto es la utilización de las energías renovables; son las que permiten responder a largo plazo a nuestras necesidades energéticas sin agotar el planeta. En  América Latina y el Caribe existe uno de los mercados de energía renovables más dinámicos del mundo gracias a la diversidad energética con la que cuenta la región.  Ecuador es un  país rico en recursos renovables.

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