Decir que no se permitirá una nueva violación de la frontera como en el 2008, es un mensaje presidencial firme y preciso, que además de ser claramente disuasivo ante una violación de la soberanía, sacude la ética de diversos lideres institucionales responsables por la seguridad nacional.
La ética política tiene que ver no solamente con la moral, la cual no es tema de discusión, sino con la visión estratégica, la previsión y la medición de las consecuencias futuras de las decisiones que se toman al momento de la aplicación de las políticas, exterior, de defensa y seguridad pública relacionadas con la seguridad nacional.
La capacidad operacional que ha sido mejorada por el Ejecutivo, con el equipamiento y fortalecimiento del sistema de defensa aérea, obviamente debería ser deducida de las políticas antes mencionadas. Políticas que al no ser claramente especificadas inducen a pensar que la violación de la soberanía se produjo exclusivamente en el ataque a Angostura, desconociéndose factores y situaciones concurrentes soslayadas. El inicio de la violación a la soberanía se produce desde el momento en que un campamento clandestino ilegal funcionaba en territorio ecuatoriano.
La duda sobre si conocía o no el servicio de inteligencia o de que porque no comunicaron a tiempo, se desvanece, cuando se comprobó que se realizaban visitas al enclave guerrillero por parte de personeros nacionales y de estudiantes universitarios extranjeros, que afirmaron que asistían como parte de un trabajo de investigación académica; mientras su cabecilla, Raúl Reyes, desde allí enviaba saludos con mensajeros al congreso de la Coordinadora Continental Bolivariana que sincrónicamente se realizaba en Quito auspiciado también por autoridades nacionales.
Se propone para la minería informal un plan de combate binacional colombo ecuatoriano, además se piensa presentar como iniciativa a nivel subregional a la Unasur. Ojalá que el argumento no sea complementado con la idea de que es la única forma de eludir la acción de jueces venales, como ya se dijo en su oportunidad.
La declaración del incremento de la capacidad aérea defensiva, no puede distorsionar la orientación de la estrategia de seguridad orientada en el escenario actual, que son los grupos ilegales armados, verdaderos objetos de la seguridad y ante los cuales las operaciones de seguridad fronteriza cumplen eficazmente su misión; lo cual no exime la aplicación combinada con el “soft power”, o poder suave que según Nye y la teoría de la seguridad humana, son necesarios. El plan Ecuador se supone diseñado con este propósito, pero tiene pendiente resultados positivos que hasta hoy, no satisfacen .
*Ex Ministro de Defensa