Apología significa “Discurso de palabra o por escrito, en defensa o alabanza de alguien o algo.” (Diccionario de la lengua española. Real Academia, 2014). Defenderé al señor presidente de la República, Lenin Moreno Garcés, y a las Fuerzas Armadas Ecuatorianas particularizadas en la persona del señor coronel en servicio pasivo, Mario Pazmiño Silva, por cuanto él ha fundado un Observatorio Ciudadano de Control Electoral, obra de participación popular, con miras a evitar un fraude electoral. Pueblo, Fuerzas Armadas y Policía unidos nos dan fe y esperanza.
Moreno Garcés fue insultado por el señor presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. “Mequetrefe”, le dijo y “pelele”, en una rueda de prensa al contestar la pregunta de un periodista sobre la afirmación de que no había condiciones en Venezuela para las elecciones parlamentarias de este diciembre, hecha por Moreno Garcés. Pelele significa “persona simple e inútil”; y mequetrefe, “persona entrometida, bulliciosa y de poco provecho”, según el diccionario citado.
Ya el señor Jaime Vargas Vargas, dirigente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador, le había insultado en la asonada de octubre de 2019, llamándole “patojo de m…” Y en los sondeos de opinión pública sobre la administración de Moreno, su popularidad es muy baja.
El 24 de mayo de 2017, Moreno encontró un país en bancarrota y su cargo amenazado por el señor vicepresidente Jorge Glas Espinel, alter ego del expresidente Correa. Moreno sorteó este peligro. El señor Jaime Nebot Saadi, habiendo sido el mejor alcalde de Guayaquil, no se candidatizó a la presidencia de Ecuador para 2021-2025, probablemente porque no se sentía respaldado en la votación nacional o tal vez no quería cargar con el muerto o -como lo afirmó- para no dividir la Derecha en la campaña electoral. Moreno rompió con su pasado político, pues la patria es lo primero; le cayó, a más del déficit fiscal, la pandemia 19, una Asamblea Nacional que no le ayudó a gobernar, una Corte Constitucional como para Alemania, su mal estado de salud que le supone un doloroso esfuerzo diario, una Constitución, la de 2008, favorable a la mafia y al crimen internacional, una presencia de emigrados venezolanos a quienes atender humanitariamente, una política hostil al principal comprador de nuestra producción agrícola e industrial, una asonada beligerante que intentó un golpe de Estado, una corrupción rampante que fue castigada empezando por la cabeza, una política internacional sagaz y exitosa.
El pueblo, hambreado por el expresidente, por la pandemia de la salud y por la de la economía, no va a calificar a Moreno con un diez sobre diez. Moreno deja al sucesor unas finanzas suficientes para un comienzo sano y un Ecuador con claras perspectivas. Yo, un anciano de 92 años, le califico como un más que buen mandatario. Quede lo del coronel Pazmiño para el próximo domingo, cuarto de Adviento: “Nos viene un Salvador.”