Nuevamente el Ecuador tiene un papel opaco y deslucido a nivel internacional. Mientras buena parte de los países de América Latina y del mundo han desconocido los resultados de las elecciones presidenciales del pasado domingo en Venezuela, nuestro país, como en otras ocasiones, ha mantenido en silencio. Un silencio que puede interpretarse como de apoyo, condescendencia y aprobación.
Los hechos hablan por sí solos. Los comicios que se han realizado en Venezuela son fuertemente cuestionables porque no han cumplido con lo mínimo requerido (elecciones libres, competitivas y justas) y además han estado organizados por un Consejo Nacional Electoral (CNE) que desde hace tiempo está tomado por el chavismo. Esta falta de independencia hizo que prácticamente el 54% de los 20 millones de empadronados hayan decidido no ir a votar. El mayor nivel de abstencionismo que ha existido en la historia de Venezuela.
Nicolás Maduro se ha vuelto reelegir de manera fraudulenta con cerca de 6 millones de votos. Es decir, con apenas el 30% del padrón electoral. Su rival, Henri Falcón, ex partidario del chavismo y puesto a dedo para simular una contienda electoral competitiva, obtuvo 1,8 millones de votos.
Incluso la prensa internacional ha recogido denuncias de irregularidades en los comicios del pasado domingo, así como la instalación por parte del gobierno de Maduro de cerca de 13 mil “puntos rojos” en todo el país, ubicados cerca de los centros de votación, para la entrega de dinero (equivalente a USD 10 dólares) a cambio de votos.
Pese a la claridad de estas evidencias, el gobierno del presidente Lenín Moreno no ha dicho nada. Me inclino a pensar que la licencia solicitada hasta el próximo 6 de junio por la canciller, María Fernanda Espinosa, no se ha debido solamente para hacer campaña en favor de su postulación como Secretaria General de las Naciones Unidas sino incluso para evitar pronunciarse sobre las elecciones en Venezuela y asuntos muy incómodos como el caso Assange y la situación de Nicaragua.
El Grupo de Lima, que agrupa a Canadá y 13 países latinoamericanos como México, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Guyana, Honduras, Argentina, Panamá, Paraguay, Perú y Santa Lucía, han decidido no reconocer la legitimidad de los comicios en Venezuela, “llamar a consultas” a sus embajadores y presentar su protesta formal ante la OEA (Organización de Estados Americanos). Estados Unidos ha impuesto sanciones, calificando a las elecciones del domingo como un “ataque al orden constitucional”.
¿Y el Ecuador qué? El silencio del gobierno de Moreno tiñe nuevamente de gris a la imagen de nuestro país a nivel internacional. El giro que ha dado a su política interna al mostrar mayor apertura, pragmatismo y compromiso con los valores democráticos se contradice con la posición a nivel externo.
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