Los resultados del 11 de abril han producido para bien del Ecuador señales positivas a nivel interno y externo, ojalá el 24 de mayo sea el inicio de la consolidación de un país, democrático, próspero y sin corrupción, anhelo de millones de ecuatorianos que aún confían en la palabra del ahora presidente electo y apuestan en sus políticas para la construcción de una nueva era.
Se percibe a nivel interno, el deseo de muchos por empujar el carro del desarrollo, de arrimar el hombro, varios sectores han entendido que la gobernanza de un país no es cuestión de sólo una persona, sino que todos somos corresponsables del progreso o del estancamiento, que la acumulación de leyes no es garantía de éxito, pues a veces más entorpecen que ayudan. El triunfo de economías que han llegado a la cima está en la disciplina, la transparencia, la responsabilidad, el trabajo, en suma, el cumplimiento de las obligaciones de los diferentes estamentos ciudadanos. Por ahora se siente un aire de confianza y un espíritu emprendedor en el ambiente.
A nivel internacional, el riesgo país, indicador que mide la percepción de inseguridad que ven los mercados frente al pago de las obligaciones internacionales ha caído en alrededor de 450 puntos, esto es de 1.169 a 719 puntos, lo que significa que las tasas de interés para la contratación de créditos por parte del Ecuador en el mercado externo disminuirían en 4.5 puntos porcentuales. A la par se ha incrementado el precio de los bonos de deuda soberanos, lo que muestra mayor confianza de los mercados mundiales en el país. Si bien es cierto que no es suficiente, pues aún con estos indicadores el Ecuador sigue lejos de los vecinos Colombia y Perú, cuyos EMBI están alrededor de los 200 puntos, es un buen punto de partida para reprogramar la conducción de la economía ecuatoriana golpeada por el déficit fiscal y la corrupción, problemas que han diezmado significativamente los recursos financieros, restando al Estado capacidad de gestión y crecimiento.
En una economía globalizada como la que vivimos, el elemento confianza es altamente importante pues de ella dependen la mayoría de transacciones internacionales, como la inversión extranjera, las negociaciones de comodities tanto del sector público como del privado y los posibles financiamientos a los que se deberá recurrir ya sea de gobiernos, multilaterales o acreedores privados.
Este marco de confianza interno y externo, no obstante la difícil situación económica y social que atraviesa el país, contribuye eficazmente para que el gobierno del Presidente Guillermo Lasso adopte las medidas correctivas necesarias en materia económica y a través de leyes para apuntalar el Ecuador del Encuentro, donde precisa una economía sólida que lleve a superar la crisis financiera y social, traducida en falta de recursos fiscales y pobreza, incrementados ambos por efectos de la pandemia.