El desmonte de las salvaguardias continúa en medio de la expectativa de importadores y consumidores. Desde el pasado 8 de abril las sobretasas para 1 392 productos bajaron de 35% a 23,3%. Y para el caso de 844 partidas pasó del 15% al 10%, según detalló el Comité de Comercio Exterior (Comex).
Entre los productos beneficiados por la disminución de las sobretasas arancelarias están: ropa, calzado, electrodomésticos, maquinarias, lácteos, frutas y hortalizas.
La aplicación de las salvaguardias empezó en marzo del 2015. En principio la medida -pensada para equilibrar la balanza comercial y fortalecer la dolarización tras la caída del precio del crudo- debía terminar en junio del año pasado. Pero las autoridades decidieron extender su aplicación, tras el terremoto de abril del 2016.
En este tiempo, hay que decirlo, las importaciones disminuyeron. Pero también cayó el consumo debido a la contracción de la economía ecuatoriana. El bolsillo del ecuatoriano quedó afectado y eso se notó claramente en las compras de los hogares.
Ahora, la pregunta es si el desmonte de las salvaguardias reactivará el consumo de los ecuatorianos. Los importadores son – o quieren ser- optimistas y hablan del inicio de una recuperación económica. Las autoridades del gobierno saliente son más optimistas aún y aseguran que dejan a sus sucesores una economía “recuperada y en crecimiento”.
Pero el consumidor promedio aún mira con incredulidad y actúa con recelo a la hora de gastar. Los negocios, de distinta índole, todavía sienten la contracción de la economía con las ventas e inversiones frenadas.
A esto hay que sumar los datos fríos: en el 2016 el PIB cayó 1,5% , según informó en días pasados el Banco Central.
Con estos antecedentes resulta difícil pensar que la reducción de las salvaguardias reactive el consumo como lo esperan las autoridades y los comerciantes. Parece que habrá que esperar más tiempo.