Desde el año 1.950, la Organización Mundial de la Salud (OMS) conmemora cada 7 de Abril el día Mundial de la Salud, seleccionando diversos y variados tópicos de interés sanitario. El tema escogido en 2019, sin embargo, es el mismo del año pasado: “Salud universal: para todos y todas, en todas partes”.
La intencionalidad es reafirmar la necesidad de concretar – en la práctica – preceptos y postulados sobre el derecho universal a la salud, reducidos a mera teoría para millones de personas en muchas latitudes del mundo.
El derecho a la salud comprende no solamente servicios de salud, sino también factores indispensables tales como alimentación y ambientes saludables; educación; agua segura y saneamiento; empleo y vivienda dignos, entre otros “determinantes” sociales y económicos de la salud.
Las enormes desigualdades de acceso a servicios y determinantes de la salud, entre países y a su interior, son dramáticas evidencias de cuán lejanos estamos de la salud universal.
Enfocada en el ámbito de los servicios de salud, la exhortación de la OMS hacia la cobertura sanitaria universal significa que “todas las personas tengan acceso a los servicios de salud de calidad que necesiten, cuando y donde los necesiten, sin sufrir por ello dificultades financieras”.
Desafío de notables proporciones, si se toma en consideración que, a nivel mundial, más de 3.500 millones de personas (50% del total) no reciben adecuados servicios de salud y que cada año alrededor de 100 millones caen en pobreza extrema, a causa de gastos directos en salud.
El reconocimiento de las enormes brechas existentes y la consiguiente urgencia de avanzar hacia la universalización de la atención de salud, se refleja en el título: “Del dicho al hecho: el reto de la salud para todos”, de un evento a realizarse, por segundo año consecutivo, el próximo 19 de mayo, en la ciudad de Ginebra, Suiza, donde funciona la sede de la OMS.
El llamado no es únicamente a replicarlo en otros lugares del mundo, sino sobre todo a sumar voluntades políticas de gobiernos que garanticen con hechos, el acceso a servicios de salud de todos sus habitantes.
El gobierno del Presidente Lenin Moreno debe prestar atención al exhorto de la OMS y asumir el reto de “salud para todos” en Ecuador, afectado por elevados gastos directos en salud (cerca del 50%).
Esta estructura elevada de gastos es la nefasta herencia del desgobierno anterior y su costoso “modelo” curativo y hospitalocéntrico, sin visos de cambio en el actual.
Aún le queda tiempo, Sr. Presidente, para adoptar con valentía decisiones que acerquen redes de salud basadas en atención primaria a vastos conglomerados de población sin acceso a servicios.
Con ello abrirá el sendero para universalizar la atención de salud y de paso insuflará oxígeno en su desfalleciente capital político, cada vez más limitado y amenazante.
Columnista invitado