Parecería que la memoria colectiva apunta a que los ‘paquetazos’ económicos son aquellos por aumentos de las gasolinas, el gas o las tarifas eléctricas. Hay que distinguir entre las políticas económicas que buscan corregir problemas de desequilibrios fiscales, monetarios o externos -como puede ser el ajuste antes anotado- y, por otro lado, las consecuencias de una mala política.
El caso es claro cuando observamos que una política fiscal de despilfarro, sin ahorros líquidos, con un deterioro permanente de la imagen internacional, sin acuerdos comerciales, con inestabilidad tributaria y jurídica y sin seguridades para atraer inversión extranjera en las magnitudes necesarias, desencadena una severa recesión con alto desempleo y subempleo. Acaba de publicar el FMI en su reporte World Economic Outlook que la recesión económica del Ecuador para el 2016 será de -4,5%. Nos quedamos cortos cuando anotamos que la recesión va a ser de 3% o 4%. Pero es mayor. Veamos si se confirman luego estos números pero, ¿ahora qué dirán, que sigue sin ser una crisis económica?
Nuevamente, los hechos nos dan la razón. Tampoco es un tema temporal. El Ecuador está frente a un período de al menos 3 años de recesión económica, esto es, 2015, 2016 y 2017. Para el siguiente año, el FMI calcula de nuevo una caída del PIB del orden del -4,3%; es decir, una contracción similar a la del presente año.
La reducción del crecimiento del país es la segunda más severa de América Latina, luego de Venezuela, cuya economía caerá este año al -8% y al -4,5% el 2017.
Como es reiterativo el comentario oficial que por estar dolarizados no podemos defendernos a ‘shocks’ externos, es relevante observar lo que ocurre con Panamá y El Salvador, que también están dolarizados. En el primer caso, el PIB de ese país crecería en 6,1% y 6,4% en 2016 y 2017, mientras que El Salvador incrementaría su PIB en 2,5% y 2,6% en 2016 y 2017, respectivamente.
Para corroborar lo anotado, se puede observar a países no dolarizados como Brasil, Argentina y Venezuela que, por una mala política económica, mostrarán también tasas negativas de crecimiento económico. Para el 2016, Brasil caerá en -3,8%, Argentina en -1% y Venezuela, como se señaló, en -8%.
El cambio de timón que ha impuesto el presidente Mauricio Macri en el manejo económico de Argentina revierte la tendencia para un crecimiento del PIB del 2,8%, el 2017. En materia de inflación, por la severidad de la crisis y la caída de la demanda interna, las estimaciones del FMI apuntan a una tasa del 0,8% en 2015 y 0% el 2017.
Si por 9 años seguidos consumo 10 chocolates y tomo 10 gaseosas por día y me produce diabetes no es culpa del chocolate o la gaseosa, sino de mi desorden alimenticio. Luego de 9 años de desorden, baja el precio del petróleo y se aprecia el dólar, ¿la culpa tiene el mercado internacional? No. Han hecho un mal manejo económico.