Subir el precio de la gasolina súper fue un mal negocio. Su demanda cayó y la demanda de extra y ecopaís subió. Puede ser que el ahorro para el gobierno sea de menos de cinco millones al mes, pero para el país en su totalidad puede no haber ahorro alguno.
Este Diario reportó el viernes antepasado que a raíz de la subida de precio, la demanda de gasolina súper había caído en 43%, en una confirmación más de lo que se llama la “ley de la demanda”, que dice que al subir el precio de algo, la cantidad demandada cae. Y esa ley es de las que no se pueden romper, por lo tanto, era absolutamente obvio que a un mayor precio iba a haber menos demanda.
Por otro lado, en lo que se conoce como el “efecto sustitución”, el consumo de las gasolinas extra y ecopaís (“las extras”) parecería haber subido en 8%, porque lo normal es que el consumidor abandone el producto caro y busque el barato, obviamente si técnicamente puede substituir el primero con el segundo.
Luego de ver el comportamiento del consumo, veamos ahora el comportamiento de los subsidios. Hasta el reciente aumento de precio, el subsidio de la súper era de unos USD 11 millones al mes, mientras que el subsidio a las extras estaba en unos USD 75 millones.
Para calcular este subsidio, simplemente se toma la cantidad de galones vendidos, se calcula cuánto hubieran costado si se vendían a precios internacionales y la diferencia con las ventas reales es el monto del subsidio (los 11 y los 75 millones ya señalados).
Con el cambio en el precio, el subsidio a la súper desapareció, pero el subsidio a las extras aumentó, pues el país ahora consume más gasolinas extras. Si el aumento de la demanda fue de 8% (información que este Diario obtuvo de la Cámara Nacional de Distribuidores de Derivados de Petróleos del Ecuador), entonces el subsidio también subió en ese porcentaje.
En otras palabras, el subsidio mensual a las extras debe ser ahora unos USD 6 millones mensuales más que antes, con lo que el ahorro sería de unos USD 5 millones al mes (la diferencia entre los 11 del subsidio que desapareció y los 6 del aumento en el subsidio de las extras). En valores anuales, estamos hablando de un ahorro de USD 60 millones.
Las cuentas del gobierno, que para este año podrían tener un déficit de USD 4 000 millones casi no van a notar este ahorro (1,5% del déficit total).
Y paralelamente, el país consumirá más gasolina de la que más contamina y de la que peor les sienta a los motores. Esos dos costos (la contaminación y el mayor desgaste de los motores) son muy difíciles de calcular, pero pueden ser tan significativos que esta reducción de subsidios sea un mal negocio para el país en su totalidad. Si quieren realmente reducir el déficit, tienen que ser más atrevidos y reducir muchos más subsidios.