A través de esta columna hemos venido analizando la situación económica y financiera en Europa. En la última entrega nos referimos a la aprobación del segundo paquete de rescate para Grecia, por parte de los países de la Eurozona, para lo cual el Parlamento griego tuvo que aprobar una serie de medidas draconianas que hundirán aún más la frágil economía inmersa en cinco años de recesión. Además, Grecia ha perdido su soberanía fiscal al aceptar que sus cuentas sean monitoreadas de manera permanente por una comisión nombrada por Bruselas. Y como si fuera poco, el Parlamento deberá reformar la Constitución para añadir una disposición mediante la cual el pago de la deuda se convertirá en prioridad número uno, para lo cual se deberá crear una cuenta especial en donde se deberán acumular los recursos suficientes para servir la deuda. Nunca antes en la historia de las crisis económicas y financieras se han visto exigencias de esta naturaleza por parte de instituciones internacionales que están a cargo del diseño de las medidas de ajuste y de su posterior aplicación y evaluación. Cerramos la entrega anterior manifestando que si bien se había aprobado el segundo paquete de rescate y la propuesta de canje de la deuda antigua por nueva con un importante descuento, el programa de ajuste al que está sometida Grecia se encargaría de descarrilar el acuerdo, ya que la economía no se recuperará a tiempo para atender sus compromisos financieros. Esta semana el economista Paul Krugman manifestó en Lisboa que Grecia está muy cerca de abandonar la Eurozona, debido a que las medidas de austeridad impuestas impedirán su recuperación económica. El premio Nobel agregó que la membrecía de Grecia en la Eurozona ha sido desafortunada, ya que ha expuesto a una economía periférica a riesgos extremos sin salidas fáciles. En su criterio, Grecia se está quedando sin alternativas, y al final vendrá la decisión de que el euro fue un error. Estos eventos, ponen a Portugal segundo en la fila. Está pagando tasas de interés muy por encima del crecimiento de su economía y la sobrecarga de la deuda sigue aumentando. Esta semana la calificadora de riesgos S&P bajó la calificación de los bonos griegos a moratoria selectiva, lo que le impedirá acceder a los mercados financieros por nuevos recursos, por lo que tendrá que depender exclusivamente de los préstamos de los organismos internacionales. El Grupo de los 20 reunidos en México desairó a Europa manifestando su oposición a dar mayores recursos al FMI para financiar los rescates. La indecisión política para enfrentar el problema a tiempo y la aplicación de las mismas recetas que afectan la recuperación está pasándoles la factura a Europa. El punto final está próximo a llegar. No para bien.