eecheverria@elcomercio.org
El inicio del año 2015 encuentra a los ecuatorianos con una Corte Nacional (antes Suprema) con nuevos magistrados que reemplazarán a otros tantos de quienes hoy conforman esa Corte. Igualmente, a un nuevo Código Orgánico Integral Penal, que contiene el Código Penal en sí; y, además, un nuevo Código de Procedimiento Penal, uno y otro ya en plena vigencia.
El ingreso de los nuevos magistrados está previsto para la semana del 23 de enero próximo; y, simultáneamente previa una “evaluación”, se conocerán los nombres de los que se van.
Como efecto inicial, se producirá una notable disminución del ritmo de despacho de los juicios. Los recién llegados deben asumir el conocimiento de los pleitos en su contenido. Hasta enterarse debidamente del trabajo a realizar, es obvio que pueden demorar un lapso.
Los magistrados que se quedan, porque la “evaluación” ha determinado que merecen continuar, a su vez se hallarán con el problema del “resorteo” de los juicios. Si uno anterior ya conocía el contenido de un determinado pleito, por el resorteo llegarán a su conocimiento otros. En el pasado se observó un problema de delicadeza: quienes se quedan, evitan sentenciar los procesos hasta ser confirmados, porque si deciden en un sentido los perdedores del juicio se encargan de regar toda suerte de rumores sobre el motivo de esa decisión. Esperaban que los que vienen culminen el trámite.
Han introducido tantos cambios en la legislación positiva y en la procesal penal, que resulta complicado armonizarlas.
Menos mal que en este laberinto legal hay algunas luces orientadoras de los especialistas en la legislación penal. La más notable es la nueva obra intitulada ‘Derecho Procesal Penal Ecuatoriano’, del tratadista de la actual generación Dr. Ricardo Vaca Andrade. El primer tomo contenido en 692 páginas, constituye una guía muy confiable de orientación sobre tantas normas incluidas en los dos códigos. Queda, entonces, a consideración de jueces, abogados y todos cuantos se interesen o deban utilizar los dos códigos en su trabajo diario, consultar el estudio del Dr. Ricardo Vaca; o arribar a sus propias conclusiones. Desde luego es más fácil tener referencia en el Tratado del Dr. Vaca, quien no es recién venido a estas ciencias y, además, tiene la ventaja de conocer la realidad por impartir clases en universidad; ejercer la profesión en el campo litigioso; haber ocupado un lugar de primer orden en el Consejo de la Judicatura. Domina la teoría y conoce la realidad de la práctica.
El autor publicó antes el ‘Manual de Derecho Procesal Penal’, en dos volúmenes, que ha sido referencia constante en los procesos judiciales.
Finalmente, el problema de la agilidad en la justicia continúa en pie. Faltan más juzgados, tribunales, fiscalías y técnicos en Criminalística. Los actuales son insuficientes.