Los resultados electorales en la región reflejan las falencias estructurales internas, que las élites en todos los campos no quieren ver. Alarman la violencia, la destrucción y el caos que generan, pero si bien eso es condenable, solo se analizan los efectos de estos fenómenos sociales y no se profundizan ni se buscan soluciones a sus causas, entre ellas la inequidad, la pobreza extrema, la insalubridad, la falta de educación.
De estos problemas sociales -que se han profundizado por la crisis económica, la corrupción, la crisis de valores, la pandemia, el crimen organizado, los dineros del narcotráfico-, se sirven los extremistas que quieren a como dé lugar llegar al poder, o recuperarlo quienes perdieron, por la vía de elecciones o el desbaratamiento institucional y derrocamiento de los gobiernos.
El primer problema representa la falta de educación de los pueblos, que no valoran la democracia y el respeto a las libertades. ¿Quieren vivir como en Venezuela, Nicaragua, Cuba? A los populistas no les conviene que mejoren sus conocimientos. Quieren mantenerles en la ignorancia y con ello seguir engañando a los electorados. Si no cambia y mejora la calidad de la educación, si no se impulsa un proceso incluyente, difícilmente se lograrán avances de un desarrollo sostenido como han hecho otras naciones.
El tejido social se destruye por la pobreza extrema que ha aumentado por las inequidades. La clase política (salvo excepciones) ha decepcionado; genera desencanto y desconfianza; repite mentiras, engaños, doble discurso y doble moral; hace componendas en base a sus intereses personales y de grupo y se acostumbró a la corrupción. En democracia son necesarias las organizaciones políticas, pero han sido irresponsables e ineficaces (de izquierda y de derecha) para hacer las grandes transformaciones en forma pacífica.
Uno de los mecanismos de soluciones a las acuciantes demandas de las poblaciones son los gobiernos locales, pero aquí la gran mayoría de los 221 municipios no ha podido solucionar por décadas los problemas básicos: salubridad, agua potable, alcantarillado, recolección de basura, pese a los recursos que reciben y en donde no existe calidad del gasto.
Se requiere mayor entendimiento, conciencia y compromiso de las élites económicas. Tienen legítimo derecho a marginarse utilidades en sus negocios, pero sin exageraciones. No es posible que en Chile el 1% de la población acumule el 80% de la riqueza y eso se repite en otros países. La estabilidad de grandes empresas en el mundo desarrollado se refleja en ganancias moderadas pero estables, que les ha mantenido en el tiempo. El fundamental que termine la tramposa evasión y elusión en el pago de impuestos de una parte de las empresas. ¿Dónde quedó la responsabilidad social? Las deudas siguen pendientes y la violencia acecha.