La trampa del populismo eligiendo a la prensa como un enemigo a golpear para evadir su propia irresponsabilidad y desviar la atención es ya una táctica conocida. ¿ Nos cabe duda?
Con toda claridad el semiólogo y profesor universitario Umberto Eco lo describió en varios de sus artículos y libros.
Hoy el maquiavélico personaje que azuza ese discurso es Donald Trump. Embiste con los ojos cerrados, sabedor de que aquí o allá, hay público en una tarima que le dará la razón y aplaudirá este linchamiento aunque la primera víctima de ese circo romano sean los propios cristianos de la multitud.
Puede parecer curioso que políticos aparentemente de distintos signos enarbolen esa lucha, igual usurpando el caballo blanco de Bolívar que desde el salón Oval. Igual en Planalto, – para esconder las vergüenzas de sus millonarios ‘lava jatos’-, que en La Casa Rosada para disfrutar de la codicia de los millones dejados en la quinta de Olivos, desdeñando que un chofer acucioso, silente por años, podía derrumbar su estatua de impunidad levantad a miles de kilómetros.
Por acá somos testigos de los abusos de cadenas y sabatinas, que ahora las masas descubren como millonarios enjuagues. Donde las tarrinas o los sánduches eran apenas las migajas de una mesa servida con boato y derroche durante una década.
Aquí, como allá, la prensa es el enemigo elegido. Donald Trump que, como otros personajes de la política mundial se dio a conocer por la televisión y forjó su fama y audacia, arremete. Como respuesta, 200 diarios de Estado Unidos escriben un Editorial aclarando posiciones. La prensa no es enemiga ni se trata de otro actor político como los populistas con su lengua llena de mentiras fáciles quieren hacer ver.
Las verdades incómodas escuecen al poder. Preferirían los diarios llenos de propaganda oficial, solo sus buenas noticias y caminar triunfadores sobre los diarios, cual alfombra roja , al son de una fanfarria épica.
La idea del diario The Boston Globe, secundada por 200 periódicos entre los que no están The Wall Street Journal, The Washington Post o San Francisco Chronicle, es una reacción frente a lo que consideran injurias. Cada vez que una noticia le molesta al histriónico Presidente dice que las informaciones son ‘fake news’ ( noticias falsas). El Editorial considera que las consecuencias de un ataque del poder político, tan sistemático y reiterado, tiene consecuencias peligrosas. The New York Times dice que la democracia se ve afectada con el debilitamiento de una prensa libre.
Es indispensable en el juego democrático una prensa donde se exprese la voz del pensamiento plural de una nación. Trump tomó su twitter, un arma dañina, como se conoce, y dijo que los medios son el partido de oposición y considera estar ganando. Una batalla que si la gana el líder populista la pierde toda una nación y los valores de la sociedad civilizada.
Cuanto recuerdas el rubio personaje al comandante de la febril y obsesiva guerra planetaria contra medios y periodistas.