Pablo Freund

Pon atención, si puedes

En la era de la información, donde los datos fluyen más rápido que el agua de un grifo abierto, nuestra capacidad de atención se ha convertido en una especie de divisa por las que todos compiten. A veces es obvio, pero la mayoría de veces esta competencia es sigilosa y manipuladora. Sin embargo, a pesar de que nuestra atención es lo mas valioso para el internet, al parecer, estamos en bancarrota. Según un estudio de Microsoft, el tiempo promedio de atención humana ha disminuido de 12 segundos en el año 2000 a 8 segundos en 2013. Para poner eso en perspectiva, un estudio de 25 especies, desde delfines, abejas y hasta peces dorados, concluyó que la media de memoria a corto plazo de los animales es de 27 segundos, 3 veces mas que el promedio actual de nuestra capacidad de atención.

Ahora, en el 2023, nuestra capacidad de atención se ha reducido aún más. ¿La razón? Bueno, podríamos culpar a nuestros queridos amigos: los smartphones y las redes sociales. Según Statista, los adultos en los Estados Unidos pasan más de 3 horas al día en redes sociales. Eso es más tiempo del que la mayoría de nosotros pasamos comiendo, haciendo ejercicio o interactuando con otros seres humanos en la vida real.

Pero, ¿qué significa todo esto para nosotros como sociedad? 

Es obvio que nuestra capacidad para concentrarnos en la lectura ha disminuido. ¿Recuerdan cuando podían leer un libro durante horas sin distracciones? Ahora, es un logro si podemos pasar una página sin sentir la necesidad de revisar nuestras notificaciones.

En términos de aprendizaje, la tecnología ha sido una espada de doble filo. Por un lado, tenemos acceso a una cantidad infinita de información al alcance de la mano. Por el otro, nuestra capacidad para concentrarnos y absorber esa información se ha visto comprometida. Parece no servir de mucho todo lo que esta disponible para que aprendamos ya que nadie recuerda lo que leyó y cada vez más recurre a un smartphone para hacer cálculos de aritmética de primaria, para buscar información de referencia que hace pocos años era considerado básico y común, y hasta para traducir lenguajes que uno domina pero no se da el trabajo de pensar.

En cuanto a nuestras relaciones interpersonales, parece que estamos más conectados que nunca, pero al mismo tiempo, estamos más desconectados. Las redes sociales nos han permitido mantenernos en contacto con amigos y familiares de todo el mundo, pero también han reducido nuestras interacciones cara a cara. Y no nos engañemos, un "me gusta" en Facebook nunca podrá reemplazar una conversación real.

Finalmente, en términos de salud mental, el uso excesivo de las redes sociales se ha relacionado con la depresión, la ansiedad y la baja autoestima. Pero, ¿quién necesita autoestima cuando puedes tener miles de seguidores en Instagram, ¿verdad?

Entonces, ¿hacia dónde nos lleva todo esto? Bueno, si las tendencias actuales continúan, podríamos terminar como una sociedad de zombis pegados a la pantalla, incapaces de mantener una conversación de más de 8 segundos sin revisar nuestros teléfonos. Pero, al menos siempre estaremos al día con las últimas tendencias de TikTok.

Por supuesto, no todo está perdido. Hay maneras de combatir esta disminución de la atención. Cosas como la meditación, la lectura de libros (sí, esos objetos de papel que solíamos usar), y simplemente pasar tiempo lejos de nuestras pantallas pueden ayudar a mejorar nuestra capacidad de atención y a estar mas presentes. Sobretodo, debemos aceptar que la responsabilidad de nuestro bienestar cognitivo recae en nosotros mismos. 

¿Quién sabe? Tal vez la próxima generación será la que finalmente logre equilibrar el uso de la tecnología con la capacidad de mantener una conversación cara a cara sin mirar sus teléfonos.

Entonces, la próxima vez que te encuentres “scrolling” por las redes sociales durante horas, recuerda: hay un mundo entero ahí fuera, más allá de la pantalla de tu teléfono, y a diferencia de las redes sociales, ese mundo no tiene límite de caracteres.

¿Quién necesita una vida real cuando puedes vivir una vida perfecta en las redes sociales, verdad? Bueno, todos nosotros, en realidad. Así que, ¿por qué no intentamos dar un paso atrás de nuestras pantallas y regresar al mundo real de vez en cuando? 

Pon atención, si puedes, y la próxima vez que estés tentado de pasar horas en las redes sociales, piensa en el pobre pez dorado. Si él puede mantener su atención durante más de 8 segundos, ¿por qué no nosotros?

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