Como no ser los bárbaros, todos están de acuerdo y conscientes que la educación desde sus inicios hasta la superior o universitaria es un proceso selectivo que, en la actualidad, se compadece con el propósito de salir del subdesarrollo, los países del Tercer Mundo, o de mantener sus altos estándares en plan competitivo aquellos que llegaron a desarrollarse. No en vano el siglo XXI ha sido calificado como el del conocimiento, el de la ciencia y la tecnología. Es así como la situación de su Educación Superior es el fiel reflejo de lo que un país quiere ser como resultado de un proceso en el que su clase política se puso en el plan de ir dando los pasos que requerían las modernidades que iban surgiendo. Los países que no procedían así estaban llamados a constituirse en los desheredados de la tierra, los que han perdido el tren de la historia.
Lo antedicho explica la importancia que se les concede a las evaluaciones que van sucediéndose sobre la Educación Superior en todos los países del mundo. En la última, la que cubre los 6 últimos años: las mejores, las universidades de Oxford, Harvard y Cambridge, y los Institutos Tecnológicos de Massachusetts y de California. En el puesto 16 las universidades chinas de Tsinghua y de Pekín. Entre las latinoamericanas: la Universidad de Sao Paulo (rango 201-250), la Pontificia Universidad Católica de Chile (r. 401-450), el Instituto Tecnológico de Monterrey, la Universidad Peruana Cayetano Heredia (r. 601-800). Las ecuatorianas: la Universidad San Francisco de Quito (r. 801-1000); la Escuela Politécnica Nacional y la Escuela Superior Politécnica del Litoral en el puesto 1201; las demás, con dos o tres excepciones, en el pelotón de las últimas.
Con la excepción de García Moreno, el déspota ilustrado, al fundar la Escuela Politécnica Nacional, y del General Eloy Alfaro, el de la educación laica en los planteles públicos, al crear los normales con maestros que fueron enviados a estudiar en Alemania, la historia de la educación y de la superior en particular, no ha estado entre las prioridades de la gestión de los gobernantes ecuatorianos. De ahí que en mis escritos de opinión (ver hemeroteca del Diario EL COMERCIO), ponderé los aciertos de Rafael Correa cuando se empeñó en darle al país una educación de calidad. En Educación Superior: creación de la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia y Tecnología; clausura de las universidades de garaje; categorización de las universidades estatales; creación de la Ciudad del Conocimiento (Yachay); becas a los mejores egresados de colegios y universidades; fondos importantes para la investigación científica.
Lo que vino después, los razonamientos del Presidente Lasso en materia de Educación Superior, si son buenos argumentos para que la Asamblea Nacional se le ponga al frente.