Resulta una ofensa a la pobreza y el desempleo el seguir con el enorme gasto público y el endeudamiento externo destinado a las obras de nuevas oficinas para la burocracia y la corrupción que se desborda. Además del sector petrolero, denunciado hace años por los perseguidos de hoy, se conoce que Odebrecht habría pagado USD 33,5 millones en sobornos a funcionarios de este gobierno. Prohibido olvidar.
Hace poco, al cierre de su misión en el Ecuador, el representante de la ONU daba cuenta de los avances que ha logrado el país en materia social pero también los retrocesos durante los últimos tiempos y citó el repunte de la pobreza.
Igual ha sucedido con el aumento del desempleo y subempleo, que aunque cambien de nombres y de metodologías, alrededor del 50 % de la población económicamente activa se halla en esta situación, igual o peor en este campo a lo que ocurría hace 10 años, antes de que llegara esta administración.
Parte de la crisis económica obedece a la ejecución de obras que califican de importantes pero que no son prioritarias.
Igualmente, el funcionamiento de oficinas cuestionadas como la secretaría del Buen Vivir, que no ha dado resultados concretos para la mayoría de ecuatorianos. La construcción de nuevas oficinas no necesariamente implica un mejoramiento y agilización de los procesos burocráticos. Basta comprobar en las dependencias públicas. Los trámites pueden estar mejor organizados, con equipos modernos, pero siguen siendo lentos, por ejemplo tomar un turno en los dispensarios médicos, que luego de un largo proceso le pueden otorgar en varios meses.
Una cosa es hacer vías y hospitales y otra, grandes edificaciones para que ocupen funcionarios públicos.
Ese es el caso de la denominada plataforma gubernamental de gestión financiera, que se levanta en el norte de Quito. Según la ordenanza municipal 559, esta obra se autorizó en una superficie de 53 725 metros cuadrados. Hoy están empeñados en concluir lo más pronto posible para tratar de enseñar los enormes edificios en momentos de un proceso electoral. Mientras se pretende inaugurarla próximamente, cientos de miles de ciudadanos pasaron la Navidad sin trabajo y sin mejores perspectivas para el 2017. Cuando se profundiza la crisis económica, repunta la pobreza, crece el desempleo y subempleo y se conoce tanta corrupción, esta obra no se torna indispensable pero el argumento de un ex ministro coordinador fue que ya estaba contratado el crédito y que existía la fuente de financiamiento por alrededor de USD 200 millones. Es decir, más deuda que deberán pagar los ecuatorianos. ¿Todo esto avala el candidato presidencial oficialista? Los recursos deben priorizarse y emprender políticas de Estado para combatir el cáncer en lugar de que corruptos se repartan millones.