Hace poco, cuando el indígena enardecido golpeaba a su mujer, si alguien ayudaba a la agredida, ésta mas agresiva respondía “que pegue nomás, que marido es…”, dándole alas, con clara sumisión y violencia aceptación. Ahora, delincuentes y subversivos, muchos de ellos indígenas, maquillados de manifestantes, amenazan y agreden sin piedad a las personas, policías, militares y ciudades, que injustamente se limitan en defenderse, por temor entre otros, a los “derechos humanos”, que con oscuro tinte político protegerían a los agresores; cuando ante tan brutal, real y actual ataque, cabe ejercer la racional legítima defensa personal y social.
Las exposiciones de algunos asambleístas, en la perversa y en buena hora frustrada reunión, que tenía la intención de revocar el Estado de Excepción, dan “vergüenza democrática”, que no contentos con la amnistía, trataron de solapar la embestida anárquica a ciudades y a Quito en particular. Dichos asambleístas, deberían ser declarados personas No Gratas por las respectivas alcaldías, en respeto y rescate a la dignidad ciudadana. Mientras el Ejecutivo, tendría prudencia en el accionar de la fuerza pública, por el riesgo de excesos darse, por lo que habría dispuesto una liviana reacción; cuando el mal menor sería el eventual exceso vs la desbordada y letal salvaje invasión.
Cabe la promulgación de la perfectible Ley de Uso Legítimo de la Fuerza, ya que refuerza el debido proceder, la presunción de inocencia y, la defensa del agente en libertad, transmitiendo fortaleza estatal y no rendición gubernamental. Frente a la ingobernable gobernabilidad, vale aprender de Singapur, en su férreo respeto a la ley y al orden, manteniendo a raya a la delincuencia, narcotráfico y corrupción. Mientras tanto, la población y aquellos heroicos policías y militares, seguimos acorralados e indefensos, ya que los mal llevados derechos humanos debilitan y exponen a la sociedad y al Estado de Derecho, bajo el permisivo mariateguista “que pegue nomás, que indígena es”…?