Alguien dijo que el primer libro de la historia fue el ser humano. Hombres y mujeres empezaron a balbucir cuando se les ocurrió imitar el lenguaje de las aves, así germinó el eco onomatopéyico de la poesía. A veces pienso que la inmortalidad se arraiga en el angustioso anhelo de comunicación del ser, fervor que hilvana el acontecer del tiempo y llena de sentido a la evolución en todos los órdenes.
Creo que el destino del libro está atado al de la humanidad, y a pesar de los pregones de su muerte, pervivirá con ella. Imposible negar las virtualidades del libro electrónico, pero el físico seguirá vigente en las manos de quienes sienten su aroma y esa música etérea del pasar de las páginas.
Imprenta Mariscal, desde su fundación, se dedicó a editar libros preciosos. A la cabeza de esta empresa ha estado siempre un ecuatoriano que tiene un nombre obtenido a pulso de talento creador y trabajo, en lo que llamo la buena historia de la patria, Paco Valdivieso.
Fuimos compañeros en primaria de los pensionados Borja 1 y 2. Fundamos amistad. Me vincula, entonces, a Paco una amistad que no ha sido erosionada por el tiempo. Suelo visitarlo de vez en cuando y varios de mis libros han sido editados por él.
Omitiendo sábados, domingos y días de guardar, Paco, sin horarios ni otra compensación que no sea ver el primer ejemplar del libro al cual ha dado todo de sí, está allí, adusto, riguroso y noble, proponiendo, estableciendo, emplazando, a quienes van a su mesa de trabajo con las “artes finales” de un libro.
Suerte de alquimista, Paco convierte en libros sueños, vuelos, paisajes del intelecto o del entorno, historias, ritos, tradiciones, fiestas, fantasías, aves en quietud o en vuelo, cantándonos o musitándonos, en silencio, alardeando sus ropajes deslumbrantes… “Nadie rebaje a lágrima o reproche/ esta declaración de la maestría/ de Dios, que con magnífica ironía/ Me dio a la vez los libros y la noche”.
Vienen a mi memoria “Historias mínimas”, bitácora de un viaje del Ecuador a Tierra del Fuego, Certificado al Mérito Premier Prints Award, Printing Industries of America; “Arte mecánico” de Maurice Montero, periplo signado por el movimiento y el encantamiento del vértigo, premiado en varios países; “Plumas”, de Murray Cooper, galería de las aves más hermosas de nuestro planeta, Primer Premio latinoamericano Theobaldo de Nigris, São Paulo, o “Imperdible”, de Sara Roitman, Primer Premio Mundial, Sappi International Printers of the Year, Sudáfrica. El libro habla, el lector responde desde su intimidad con lo mejor que posee.
Paco sabe que la perfección está en el siguiente libro que va a editar. Que esta es un camino sin finales, pero nada le arredra para buscarla; aunque el instante en que el primer ejemplar de una obra está en sus manos, ya está pensando en la siguiente.