Es lamentable constatar que la injusticia social en el Ecuador es irreversible porque quienes tienen la riqueza del país no están dispuestos a contribuir para que la dolarización no peligre, pues sea cual sea la política económica si no hay dólares en el territorio nacional vendrá la debacle por el empobrecimiento general, como en Venezuela, del cual solo se salvarán los que han sacado divisas al exterior. Este es el tamaño y la gravedad de nuestra situación.
Pensar en el país es tener criterio de solidaridad y menos desigualdad y no vemos aspirantes presidenciales que aniden estos valores para manejar la mayor crisis de la historia nacional, pues los que suenan más bien impidieron que las empresas que ganaron dinero y los trabajadores que tienen sueldo seguro contribuyan para mover el consumo y bajar el desempleo. ¿Acaso no están conscientes de que pronto no habrá para pagar sueldos a los empleados esenciales del Estado, ni para pagar a los acreedores? No se dan cuenta que con su actitud están aumentando la pobreza galopante del país que en la post pandemia quedará socialmente devastado. Esto no es pensar en el país.
Si nos queda algo de solidaridad apoyemos por lo menos lo planteado que es tan solo un anticipo de impuestos por nueve meses. Obviamente éste tiene que venir de las empresas que obtienen rentabilidad inequívoca, en base a un buen trabajo como el que están haciendo los bananeros, atuneros y camaroneros para exportar a diversos destinos, en base a una competitividad alcanzada con esfuerzo y talento, a pesar de que el mercado de EE.UU. no nos da ninguna preferencia especial. También las empresas del sector de telecomunicaciones, los bancos y las firmas comerciales grandes estarán en capacidad de adelantar estos dineros. Obviamente habrá que exceptuar al sector turístico, aunque todos querrán exceptuarse.
Según expertos tributaristas las ganancias de las empresas llegan a USD 20 000 millones, pero solo se paga impuestos sobre la mitad porque las exenciones impiden que se cobre más. La CEPAL calcula que en el Ecuador la evasión fiscal alcanza más de USD 6 000 millones y al SRI le deben USD 1 500 millones. ¿Se podrá mejorar las recaudaciones y hacer algo más, prescindiendo de la Asamblea? Por ejemplo modificar los aranceles de los productos no esenciales y lujosos.
Además las remesas de los migrantes bajarán a USD 2 000 millones y los ingresos al fisco se reducirán a la mitad en este año porque el petróleo no llegará a 50 dólares por cada barril como está presupuestado y, por todo esto, la entrada de dólares al territorio nacional será tan débil que impactará a la dolarización.
Además la poca credibilidad del Presidente y el desprestigio absoluto de la Asamblea, no dan confianza a los prestamistas y en agosto caeremos en “no pago” hasta que el próximo gobierno –si es competente – pueda renegociar la deuda externa para paliar la depresión económica inevitable.