La covid-19, al igual que otras amenazas y factores de riesgo, ha puesto a prueba la capacidad de los Estados y sus gobernantes para hacer frente a esta crisis.
Más allá de lo duro, triste y desalentador que representa constatar lo que ha pasado en el Ecuador -un ejemplo de improvisación, descoordinación, opacidad y falta de liderazgo-, hay países que están saliendo con relativo éxito de esta pandemia. Esos son los países nórdicos: Dinamarca, Noruega, Finlandia, Islandia y Suecia.
Sin la necesidad de ocultar o manipular las cifras, en todos estos países se registra el número real de fallecidos. Hasta el día de ayer fue de 3 109 personas. En Suecia 2 274, Dinamarca 427, Noruega 205, Finlandia 193 e Islandia 10.
Suecia ha sido el único que no ha aplicado medidas estrictas de confinamiento, depositando la responsabilidad más en sus ciudadanos que en el Estado. Eso explica que la cifra de decesos sea mayor. Sin embargo, el índice de muertes provocadas por la covid-19 en estos países es uno de los más bajos de Europa y del mundo.
¿Qué hicieron al respecto? Medidas acertadas en etapas iniciales de aparecimiento del virus, de propagación e incluso ahora que se habla de volver a la normalidad.
En ninguno se escatimaron esfuerzos para hacer pruebas masivas. Eso ha permitido identificar brotes y evitar la propagación durante el periodo de incubación de la covid-19. Pese a que la situación está ahora bajo control, se hacen cerca de 20 mil test diarios.
Dinamarca fue el primer país nórdico en decretar estado de emergencia. El 14 de marzo se impusieron medidas de confinamiento. Se cerraron fronteras, escuelas y universidades, iglesias, centros comerciales y lugares de concentración masiva. Luego le siguieron Noruega, Finlandia e Islandia con éstas y otras medidas como obligar a trabajar desde casa, limitar reuniones de más de 10 personas, restringir visitas a centros geriátricos y, en esencia, a limitar la movilidad de personas.
La salida del estado de emergencia se lo está haciendo de manera progresiva. Se ha previsto que a medida que disminuyan las restricciones, aumenten también los controles y los test a la población. No obstante, sus autoridades no han descartado dar marcha atrás si hay un rebrote y un aumento de los contagios. Lo que llama la atención de estos países ha sido la actitud de sus gobernantes y sus ciudadanos. No se demoraron en tomar en tomar medidas. Se adelantaron a las circunstancias teniendo como prioridad los efectos que podría ocasionar la covid-19 en su población y no, como en otros países, evaluando primero el impacto político de estas decisiones. La población, de su parte, ha acatado las medidas adoptadas por sus gobiernos. Esto ha hecho que se contenga la propagación del virus.
Es cierto que en todos estos países existen instituciones sólidas, democracia y altos niveles de desarrollo. Sin embargo, decisiones acertadas y apoyo de la ciudadanía ayudan significativamente.