No cabe pontificar en un artículo de opinión. Lo que si procede es reaccionar con fuerza ante la realidad puesta de manifiesto con la pandemia que nos abruma. Somos un país al borde del colapso, sin defensa de los más afectados por el virus, en el plan de cubrir necesidades perentorias con préstamos que van sumando.
¿Un país inviable el nuestro? Menos mal que contamos con ciudadanos que no se resignan a dejar de ser o ser parte de quien quiera ‘cargarse con el muerto’. Dada nuestra ubicación geográfica, continental e insular, una enorme riqueza minera, un pueblo trabajador pese a tanta jodienda, nuestro Ecuador es un muerto apetecible. Me sumo a quienes no quieren darse por muertos antes de que suenen los tiros.
En esta columna manifesté mi extrañeza cuando Lenin Moreno, llegado a la Presidencia, se vio en la necesidad de dialogar con todos y sobre los más diversos temas de la gestión pública. Llegó sin saber a dónde se metía. Desde luego que no era un estadista y su pasado político lo tenía maniatado. Reducir la enorme burocracia estatal, ya veremos. Eliminar los subsidios a los combustibles, ya veremos. Combatir la corrupción de propios y extraños, cuando no quede ni el santo ni la limosna… El golpe de gracia, la pandemia. Con un agravante. El desconcierto de quienes dirigían los servicios de salud lo que llevó a delincuentes y mafiosos a empuñarse millones de dólares. En esas nos hallamos. Nave al garete. De no ser por la Fiscal, Diana Salazar, es como para creer que estamos perdidos.
Es en estas circunstancias dramáticas que un grupo de ciudadanos reacciona e invita a un coloquio, a una conversación sobre temas que apuntan a salvarnos del naufragio. Sobran las diferencias ideológicas que nos han mantenido atontados. Para mis adentros pienso que no es el momento de conversar. Con anterioridad al coloquio equipos de expertos calificados se habrían puesto a trabajar sobre lo que debemos hacer para salir del pantano, identificar y saber como superar problemas prioritarios. En uno de mis escritos señalaba que en países como el nuestro, y más si estamos tocando fondo, lo mejor era lo posible, a ser realizado ya y bien.
No se crea que lo que estoy sugiriendo carece de antecedentes valiosísimos, quizás dispersos sí (no hemos tenido estadistas). Voy a poner un ejemplo en el campo que conozco. Salubristas de gran prestigio como el Dr. Fernando Sacoto han venido insistiendo desde hace años que lo más importante es prevenir las enfermedades que afectan a amplios sectores poblacionales; que la atención primaria de salud es un imperativo; que sin un riguroso sistema de referencias continuar construyendo hospitales carece de sustento lógico. Nada de lo señalado, en nuestro desventurado país se ha mantenido en el tiempo, por obra de los ignaros y demagogos.