Nació hace 94 años en la Atenas del Ecuador. Efectuó sus estudios de primaria y secundaria en su ciudad natal, se graduó como contador y trabajó tempranamente con números y cuentas. Se trasladó a Quito para estudiar en la Universidad a Central del Ecuador, en la Facultad de Medicina, donde obtuvo el título de médico-cirujano.
Viajó a Córdoba, Argentina, para adquirir la especialidad de Radiología. Regresó al país y con un grupo selecto de médicos fundó la prestigiosa Clínica Pichincha, institución que bajo su dirección constituyó uno de los principales centros de atención de la ciudad y del Ecuador. Fue profesor principal de Radiología en la Facultad en que se graduó y en esa condición integró el consejo directivo en varias oportunidades.
Fue radiólogo del desaparecido Hospital de la Universidad Católica de Quito y dirigió el Servicio de Radiología del Hospital Vozandes. Inauguró el área de Radiología del Hospital Carlos Andrade Marín del IESS y llegó a ser su director. Su capacidad profesional y de gran administrador, sirvió para que sea nombrado Director del Área Médica del IESS, a la que con su gestión entusiasta y ágil le dio un impulso extraordinario.
Científico y estudioso, forjó con destacados colegas la creación de la Academia Ecuatoriana de Medicina, expresión máxima de la cultura médica nacional y mediante una alianza entre la Universidad Central y el IESS, junto a la dirigencia estudiantil, dio origen al primer curso de posgrado para formar especialistas en Radiología.
Innovador permanente, importó los equipos más modernos para equiparar el desarrollo de la Imagenología ecuatoriana con las de otros países de mayor desarrollo. Adquirió para su clínica y para el Hospital del Seguro Social, los intensificadores de imagen que permiten ver, en monitores, sin necesidad de oscurecer las salas de exámenes, el interior de los pacientes.
En la década de los 70, aparecieron los equipos de ultrasonido y de tomografía computada. Reunió a varios radiólogos y con ellos importó esas máquinas, adelantándose a los países vecinos. Más tarde, irrumpió en el ámbito de la imagen la resonancia magnética y de igual forma colectiva trajo la primera máquina de este tipo a nuestro medio. Impulsó la Medicina Nuclear mediante la compra de una bomba de cobalto. Fue, sin lugar a dudas, el promotor prolífico de esta especialidad en nuestra patria.
El afán de servicio, le llevó a ocupar una vocalía de Solca y llegó a ser su director.
Su carácter multifacético redundó en una actividad comercial de mucho éxito. Hombre visionario, sumó sus esfuerzos al Hospital Metropolitano para ampliar el servicio de Imagenología de ese prestigioso Centro de Salud. Trabajador incansable, visitó a su amada Clínica Pichincha hasta unos pocos días previos a su fallecimiento.
Su obra gigantesca y extraordinaria permanecerá imperecedera. Gracias por su impulso a la ciencia imagenológica, Dr. Leonardo Malo Borrero. Su inolvidable existencia ha sido ejemplar y fructífera.