La seguridad, los intereses y el bienestar de los ciudadanos, confirman el leitmotiv de los Estados Unidos en su Estrategia, “America First”; verdadera política exterior y de seguridad emitida hace pocos días por el presidente Trump.
Sintetiza los intereses nacionales en cuatro objetivos: protección nacional, prosperidad, preservación de la paz e influencia internacional de los EE.UU. para afrontar las amenazas y oportunidades del escenario mundial.
En su visión estratégica anota la existencia de China y Rusia como poderes rivales, que con tecnología y propaganda socaban los intereses americanos en el mundo. Gobiernos dictatoriales, como Corea del Norte, que amenazan a la paz mundial, terroristas yihadistas como el estado Islámico con amplio control en Medio Oriente y carteles criminales transnacionales que ponen en peligro a las comunidades, con droga, violencia y corrupción, en especial en Latinoamérica.
En esta misma región operan China y Rusia como poderes que amplían su influencia geopolítica regional, atentos para apoyar a la dictadura de Venezuela.
Según se anota, China empuja a su órbita a los países a través de préstamos, inversiones y desarrollo de proyectos de infraestructura; mientras Rusia reaviva su política militar de época de la Guerra Fría.
El más fuerte control en las fronteras, restricciones en la inmigración, mejora en el presupuesto para defensa, infraestructura y ciberseguridad, que se orientan a obtener ventaja en el balance de poder, significa una aplicación de principios realistas en la política internacional para asegurar la supremacía en un mundo que es de competición.
Esta política para China, es de confusión porque desconoce que junto con Estados Unidos son los dos más grandes socios comerciales, por lo que no puede llevase a un “juego suma cero”; mientas que para Rusia la política es imperialista que no acepta la multipolaridad de la apoca actual.
Esta visión de largo plazo, de Trump, es transparente, complementa y reajusta la estrategia del “pívot” y rebalanceo, establecida por el presidente Obama con cambios significativos como eludir el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica TPP.
Para la realidad de nuestro país, la política debe atender a los intereses nacionales, porque es “gobierno de todos” y no de la ideología de un partido, evita incoherencias ministeriales con el pensamiento del Presidente. Las evasivas como “hacer camino al andar” por no tener una política exterior y de defensa, es ineptitud que induce vergonzosamente al gobierno a gozar de una ficticia libertad de acción, y a no rendir cuentas.
Sin orientación sobre las acciones a ser cumplidas, no puede haber planificación estratégica, no se puede exigir responsabilidad ni pruebas a la hora de la verdad.
Columnista invitado