El país está inmerso de nuevo en un proceso electoral, pero hoy en condiciones diferentes, en medio de la emergencia sanitaria, la profundización de la crisis económica, el crecimiento del desempleo y el aumento de la pobreza. Sin embargo, gran parte de los actores políticos, dirigentes y candidatos, alistan sus baterías para volver a lo mismo: la demagogia y la falta de propuestas concretas y viables de cómo solucionar los principales problemas actuales. Daría la impresión que viven en otro país. Algunos populistas incluso comienzan a hablar tonterías que ojalá el electorado no se coma cuento cuando se sabe que la solución de la crisis obliga a sacrificios, medidas duras e inevitables.
Los intentos desesperados por recuperar el poder, en unos casos, y llegar a ser gobierno, en otros, llama a la reflexión para no caer de nuevo en el engaño; tomar conciencia del presente y del futuro y ejercer un voto informado, razonado y responsable. No quedar atrapados en las redes sociales ni en las mismas corrientes populistas que tanto daño han causado y que hoy utilizan a bisoños políticos, aprendices de demagogos, de la escuela de los que niegan la realidad para hacerse víctimas de sus propias fechorías.
El caso del sentenciado prófugo en Bélgica, que por tratar de disfrazar su imagen desconoce hasta a sus cercanos amigos y compañeros. Quien también fuera sentenciada en el caso Sobornos pero que por no poder salir a México, gracias a la acción de la Fiscal, ofreció colaboración eficaz, cantó todo y delató a la estructura criminal. Para dimensionar quién es, a esa mujer de extrema confianza, con quien forjara una relación de años desde la juventud estudiantil universitaria y entre los boy scouts, con ocasión del caso Sobornos niega su relación y argumenta que no le conoce. Empero, cuando todo queda probado y al descubierto, trata de echar la culpa a ella, olvidando que él mismo le llevó a trabajar en la Presidencia y fue su cercana colaboradora. Prohibido olvidar hoy cuando de esa escuela de falsarios aparecerán en las listas.
Al iniciarse el período de inscripciones para los próximos comicios presidenciales y legislativos y la conformación de listas de candidatos, vuelve el circo y la tomadura de pelo al electorado. Por ello se torna indispensable exigir la presentación de listas primero de buenos ciudadanos y no de listos y vivos que pretenden seguir usufructuando de la política y de la corrupción.
El país exige el establecimiento de la verdad, la transparencia y los valores morales y éticos, ausentes en la política. Que el electorado no caiga de nuevo en el engaño de quienes en el fondo hacen lo imposible, con todos los recursos que tienen, para tratar de evadir tantos juicios pendientes y la cárcel, cuando debiera brillar siempre la justicia y la aplicación del Derecho.