El crecimiento económico del primer trimestre del 2015 registró una tasa negativa de 0,5% frente al último trimestre del 2014. El Gobierno, como es costumbre, hace referencia al aumento de PIB en términos anuales, es decir, del primer trimestre del 2015 frente al mismo primer trimestre del 2014, señalando que el crecimiento fue del 3%. Es decir, anuncia solo lo que le conviene.
Si el segundo trimestre la economía vuelve a mostrar una tasa de crecimiento negativa frente al trimestre previo, el país habrá entrado formal y técnicamente en recesión económica.
Todos los indicadores disponibles hacen prever que esto sucederá, pues la realidad productiva del país no solo que no ha mejorado sino que ha empeorado conforme avanzan los meses de este año.
Siguen insistiendo que las restricciones a las importaciones “solo” afectan a menos del 10% de la producción nacional, por lo que el impacto no es significativo. Una vez más es necesario recordarles que no es correcto medir el peso de las importaciones en el PIB sin considerar que las importaciones son “insumos” de casi todas las actividades productivas, inclusive para las propias exportaciones. Limitar las importaciones termina afectando a las propias exportaciones.
Así mismo, la producción nacional no es suficiente para reemplazar las importaciones, al tiempo que la protección nunca ha sido ni eficiente ni adecuada. Es necesario la apertura que nos obligue a ser más competitivos. De cualquier manera, un ingrediente de la baja actividad económica es el resultado del manejo del comercio exterior.
Proponer leyes cuasi confiscatorias como la de Plusvalía y Herencia genera incertidumbre, paraliza el mercado hipotecario, donde muchos quieren vender sus activos y nadie quiere comprar. El resultado es un mercado inmobiliario paralizado, habiendo sido en este mismo Gobierno, paradójicamente, el motor de la actividad económica y del empleo.
Un presupuesto fiscal desequilibrado, donde a pesar del endeudamiento agresivo el Gobierno no llega a cubrir las necesidades de gasto público, incide en la liquidez, la que se traslada al sector privado.
Un Gobierno que emite señales contradictorias e invasivas al mercado, abona a un entorno de inseguridad y desconfianza. La caída de liquidez y un futuro lleno de incertidumbre, hace que el sistema financiero se vea obligado a preservar la liquidez con lo que el crédito no puede seguir creciendo a los ritmos anteriores, afectando la actividad económica.
Por estas razones se explica la contracción económica. No es por los opositores al Régimen, es por los errores del propio Gobierno como los anotados y por no haber ahorrado durante 8 años de abundancia, por el despilfarro, por golpear al sector privado con restricciones como las salvaguardias de importación y el impuesto a la salida de divisas, así como por proponer leyes destructivas como las referidas. Parece que la recesión vino para quedarse.