Es oficial: Maduro dictador

Dejemos de lado las ideologías, simpatías o antipatías y vayamos estrictamente a la ley y la Constitución. En Venezuela desde hace meses atrás pero particularmente la semana pasada, el gobierno de Maduro ha transgredido disposiciones constitucionales de su país.

El 20 de octubre , el Consejo Nacional Electoral (CNE), que tras múltiples triquiñuelas había dado curso al proceso de referéndum revocatorio contra el presidente Maduro, detuvo la recolección de firmas en connivencia con autoridades judiciales afines al ejecutivo impidiendo el ejercicio de un derecho consagrado en la propia constitución chavista.

La suspensión del referendo ha estado acompañada de una inaudita resolución judicial de prohibir la salida de Venezuela de dirigentes de la oposición, entre ellos el propio presidente de la Asamblea Nacional y varios gobernadores incluyendo el de Miranda, Henrique Capriles, candidato presidencial opositor. Esta, otra violación irrefutable no solamente de la propia Constitución sino de los más elementales derechos humanos.

Por si fuera poco, días atrás, el gobierno de Maduro hizo aprobar el presupuesto del Estado para 2017, no por la vía constitucional que es la Asamblea Nacional, sino por el Tribunal Supremo de Justicia que le es afín. Desconoció la máxima función del Estado, en manos de la oposición democráticamente elegida hace un año, y gobierna con la complicidad del máximo órgano de justicia designado, en su mayoría, por él mismo.

A estas violaciones se suma la detención arbitraria de decenas de líderes opositores por supuestamente haber alentado revueltas callejeras en contra de su gobierno. Estas acciones rompen el marco constitucional de manera flagrante y demuestran que Maduro gobierna solo con el respaldo de la fuerza y no de la ley. Es oficial: en Venezuela rige una dictadura.
Esta trágica situación no la puede aceptar América Latina. La OEA se deslegitimó a si misma por la torpe gestión de su Secretario General y la UNASUR ha sido impotente. Ha llegado el momento de acciones efectivas y concretas desde el exterior, que las hay. A Maduro no le interesa el diálogo sino dilatar lo insostenible mientras en su país hay una crisis humanitaria que afecta niños, mujeres y ancianos, hay desabastecimiento de productos básicos, una inflación galopante y una violencia rampante.

Si bien la solución a los problemas de Venezuela corresponde a los venezolanos, no podemos quedarnos impávidos frente al sufrimiento de su pueblo. Mi temor frente al bloqueo y a la provocación gubernamental es que los enfrentamientos sociales provoquen muerte y dolor. Ecuador está en la obligación de ayudar a buscar una salida a la dictadura, aunque no creo que lo haga, ya ha tomado partido por el dictador...

fcarrion @elcomercio.org