La construcción de la segunda etapa, que es la parte medular del proyecto emblemático de Quito, el controversial “Metro”, y que consiste en la construcción del túnel de 22 kilómetros de longitud, estaciones, etc., está a cargo del consorcio integrado por las firmas Odebrecht, de Brasil y Acciona, de España.
El costo de esta fase asciende a 1 538 millones de dólares y el de todo el proyecto supera los dos mil millones y es financiado con préstamos de varios bancos internacionales. El Gobierno Nacional aporta con 750 millones.
El alcalde Mauricio Rodas ha manifestado en forma reiterada que la Municipalidad ha tomado las debidas precauciones, a través de los organismos pertinentes, para garantizar el cumplimiento del contrato del Metro, lo cual es indispensable por la situación crítica que atraviesa la compañía brasileña.
Fundada en 1944 por Norberto Odebrecht, paulatinamente extendió su radio de acción a 21 países de varios continentes, en los campos de ingeniería, industria, transporte, etc. y, según sus datos, cuenta con 150 000 colaboradores, entre funcionarios, técnicos, empleados y trabajadores.
En Ecuador incursionó en 1987 y ha realizado varias obras, entre ellas la central hidroeléctrica San Francisco, en la que se registró un grave daño, tras lo cual el presidente Correa dijo que se habían descubierto “cosas terribles en varios contratos” y expulsó a esa compañía, que más tarde fue acogida de nuevo para que repare el desperfecto; luego asumió otras obras.
Empero, a la par que creció su poderío también se acrecentó su desprestigio a nivel internacional, por acusaciones de corrupción, que, según informaciones de prensa, eran de tal nivel que requirió de un departamento especializado, denominado “De Operaciones Estructuradas”, dedicada exclusivamente al pago de sobornos, especialmente a ciertos funcionarios de diversos países, que tenían a su cargo la adjudicación de jugosos contratos, candidatos a cargos de elección popular, etc.
En muchos casos habría actuado en complicidad con Petrobrasil. El heredero y director del imperio, Marcelo Odebrecht, purga actualmente una condena de 19 años, en una prisión de Brasil.
Hace pocos días un representante de la compañía en Perú anunció que se ha decidido vender su paquete accionario de 55% del consorcio con la firma española Enagas y la peruana Graña y Montero, al que se adjudicó un contrato por aproximadamente 5 000 millones de dólares para la construcción de una de las más grandes obras contratadas en ese país, el gasoducto de 1 134 kilómetros desde la reserva de Camisea, en el Cusco, hasta la costa del Pacífico, debido a que el conjunto de bancos internacionales que financia esa obra habría suspendido los desembolsos hasta que se diluciden ciertos aspectos.
Más aún, dada la profunda crisis que soporta, Odebrecht ha puesto a la venta 3 300 millones de sus activos, entre otras medidas.
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