Es la muletilla que gobernantes nacionales e internacionales han patentado para encubrir su incapacidad al momento de enfrentar la crisis de la pandemia. En el mundo, varios países han atenuado significativamente la presencia del virus. Son experiencias de las cuales hay que aprender para avanzar y no hundirnos más.
La prestigiosa televisión pública alemana, Deutsche Welle, DW, destaca a un país de América Latina, Uruguay, como una de las experiencias más exitosas del planeta en el manejo de la crisis sanitaria: “Uruguay ha trabajado duro para convertirse en un ejemplo de éxito en la lucha contra el covid-19. El país sudamericano apenas ha registrado 1.485 positivos del virus y 40 muertes”. Sí, 40 muertes… Sana envidia, ya que si se transparentaran las cifras, veríamos que en Ecuador pasamos los 30 mil muertos, lo que significa también cientos de miles de infectados. Pero no solo envía, también, indignación y preocupación por nuestro destino.
¿Cuáles fueron los factores del éxito uruguayo? La DW señala: “En un comienzo fue vital la respuesta de unidad nacional en la que todos los actores clave confluyeron para resolver integralmente una pandemia como esta”. En cambio, en el Ecuador el Gobierno desechó un llamado para realizar una convocatoria a la unidad nacional. Creyó que solo podría contra la pandemia… y se equivocó. Los más de diez mil muertos en Guayaquil pudieron ser resultado de decisiones tomadas desde la descoordinación, la soberbia y la improvisación. El caso demanda una investigación en el nuevo gobierno.
En Uruguay las buenas medidas encumbraron el prestigio del Presidente, Luis Lacalle Pou, que para la DW: “mantiene una aprobación por encima del 60%”. Aquí, el nuestro ha llegado al 8%.
En Uruguay “se produjo un alineamiento sin precedentes entre los tomadores de decisiones, el sistema científico y la academia del país”. En Ecuador, el tema de las decisiones del COE con asesoramiento científico no está claro. ¿Quiénes son los asesores científicos del COE? Las universidades paulatinamente se fueron integrando a tareas operativas.
Pero el corazón de la respuesta uruguaya es que el país dispone de un sólido sistema de salud pública producto de una sostenida y alta inversión estatal de mucho tiempo. La salud y la educación son políticas prioritarias del Estado. Por esto: Uruguay ¡estuvo preparado!
“La educación cívica y el compromiso de la ciudadanía uruguaya también jugó un papel clave” constata la DW. Cuando están bien informadas y educadas las personas son las principales fuerzas para bajar el impacto de los desastres. Uruguay apostó por la educación desde el siglo XIX. Allí la diferencia. Aquí pocos gobernantes entendieron la importancia de la educación e incluso en plena crisis recortaron el presupuesto educativo. Por esto somos lo que somos y lo seguiremos siendo si no cambiamos. ¡Atención, señores candidatos!