Es conocido que los países liderados por mujeres han sido los que mejor han sabido gestionar la pandemia del covid-19. Podrá ser coincidencia o cruda realidad pero las cifras así lo demuestran.
Angela Merkel, a la cabeza Alemania, del motor de Europa, comprendió lo que se venía, quizás por su formación académica científica, y tomó medidas preventivas, como pruebas antes que ningún otro país, lo que le permitió hacer una identificación temprana de los contagiados por el virus. Su país fue modélico en Europa, tan castigada por la pandemia.
Dinamarca, dirigida por Mette Frederiksen, igualmente, fue muy precavida y cautelosa. Cerró fronteras multiplicó las muestras y logró aislar de manera efectiva a los portadores del virus y así logró detener su expansión. Hace ya una semana abrió escuelas y colegios de manera controlada.
El caso de Finlandia es distinto pero con resultados no menos efectivos. La Primera Ministra Sanna Marin echó mano de las facilidades que le ofrecía la infraestructura estatal a través de la agencia para emergencias nacionales que le suministró todos los insumos para enfrentar la pandemia. Aisló su país por tres semanas y ahora ha reabierto las fronteras.
Islandia y Noruega, también lideradas por mujeres, aplicaron medidas similares. La clave: muestras a casi todos sus habitantes para detectar contagiados y aislarlos impidiendo su expansión. La clave del buen manejo fueron los tiempos. Las medidas fueron tomadas y puestas en práctica tan pronto se conoció de la pandemia. No hubo dubitación.
El caso de la Presidenta de Taiwan, fue asimismo ejemplar. Fue rápida, sensible y segura en sus decisiones. Logró detener con firmeza la pandemia aplicando las medidas de sus colegas en el norte de Europa excepto el confinamiento que dispuso que no fuera obligatorio.
La más alabada fue la Primera Ministra de Nueva Zelandia, Jacinda Ardern. Actuó de manera inmediata, dispuso el confinamiento de los contagiados, cerró las fronteras y planteó la necesidad de eliminar la curva y no solamente aplanarla. Su gestión fue calificada de “espectacular” por especialistas británicos.
Los ejemplos citados demostrarían que las mujeres son más ejecutivas, efectivas, sensibles a la hora de tomar decisiones complejas si comparamos con populistas de izquierda o de derecha del tipo Johnson, Bolsonaro, Trump, Putin y AMLO, cuyas actitudes respecto de la pandemia han sido chocantes y han costado decenas de miles de vidas.
¿Adónde quiero llegar con esta constatación? A que si en el Ecuador estamos a las puertas de una elección presidencial crucial dada tan compleja coyuntura ¿no habrá llegado el momento en que una mujer preparada, sensible, con carácter, pueda ser elegida presidenta de la República? Hay varias que cumplen largamente con esas cualidades.