Es cierto: la política no entusiasma ni hace soñar a las mujeres. La política, tan desvalorizada, se hunde todos los días en mares de prebendas, corrupción y visiones estrechas del mundo. Y siempre me he preguntado: si, como se sospecha, las mujeres roban mucho menos que los hombres, entonces ¿por qué estas no votan solo por mujeres? El asunto me ha intrigado cada vez que volvemos a estas justas electorales. Imaginen por un momento que, por efectos de una extraña poción, las mujeres -y por qué no, muchos hombres también- deciden votar solo por mujeres. Imaginen que cada votante elige en cada una de las listas las mejores candidatas. Les cuento que tendríamos otro país. Se ha demostrado en varios estudios que en los países donde las mujeres están plenamente representadas las sociedades son más pacíficas y estables. Michelle Bachelet, desde la presidencia de ONU Mujer, nos decía que las mujeres son el recurso más desaprovechado de la humanidad. El desafío consiste hoy en mostrar cómo este recurso puede ser utilizado de una manera efectiva.
Ahora bien, no se trata de votar por cualquier mujer, pues un cuerpo de mujer no es suficiente y no nos garantiza nada. Lo sabemos. Necesitamos, más allá de muchas mujeres, mujeres capaces de representarnos, capaces de hacer política de otra manera y de exponer en las agendas públicas los grandes debates de sociedad que conciernen a todas y todos, pero muy especialmente a todas: ni un paso atrás con lo logrado, ni un paso atrás con las diversidades sexuales y el matrimonio igualitario, ni un paso atrás con la sanción y prevención de las violencias contra las mujeres, ni un paso atrás con las políticas públicas de equidad de género. Y en este sentido, me gustaría saber qué piensan las mujeres de la lista del uribismo sobre estos temas. Yo espero sinceramente que una mujer que pasó por Colciencias, como María del Rosario Guerra, tenga una mente más moderna y progresista que sus otros compañeros y compañeras de lista, entre otras, la muy conservadora María Fernanda Cabal. Y bueno, me gustan varias candidatas que sí tienen una clara conciencia ético-política consecuente con los derechos de las mujeres. Para la Cámara de Bogotá: Ángela María Robledo (101), quien ha sido elegida como la mejor representante mujer en el Congreso; la valiente Angélica Lozano, (110), quien ya nos ha defendido desde el patriarcal Concejo. Me gusta Donka Atanassova, una mujer propositiva (107). Y no debe pasar desapercibida Ivonne González Rodríguez, quien preside la Internacional Socialista de Mujeres (118). Dos candidatas interesantes también son July González (115) y Lilia Avella (105).Para el Senado: Claudia López (10), mujer aguerrida sin cuartel. Judith Pinedo (55) lo haría muy bien después de lo que vivió en esa bella ciudad amurallada de mil problemas. Sin duda, Viviane Morales (2), quien descubrió dolorosamente las lógicas tan patriarcales de las instituciones colombianas durante su paso por la Fiscalía.