Alianza País repitió un escenario y libreto conocido. Gran recepción entre colegas, en el Legislativo, de una persona que debe explicaciones más que afirmaciones a sus responsabilidades que suscitan dudas.
Jorge Glas se presentó como la persona impoluta, sacrificado en su dedicación al bien común y exigió sanción a terceros. La mayoría de AP le dio micrófono libre de cuatro horas y salió en héroe. Como es costumbre en AP, lo grave no sería el presente sino el pasado, habrá que ir a los 70. Una diversión. O sería una cuestión de justicia. Pero ésta sigue las pautas políticas, por eso retardó las “revelaciones” de Oderbrecht, y sigue haciéndolo.
El problema quedó así vaciado. De inmediato se ve las contradicciones de AP frente a la corrupción: no hay transparencia, su lucha es más imagen. Y es imposible no preguntarse cuál es la real posición de Moreno. ¿Está de acuerdo con sus coidearios en el Legislativo? Si tiene otra idea es momento de jugárselas, pues con la gran legitimidad de su inicio de gobierno puede permitirse mucho.
El ganaría a la población y tendría autoridad lo que al parecer adolece en AP. A Moreno le conviene aprender rápido que en política hay que optar. Si continúa sin reales iniciativas de nuevas posiciones y encerrado en el marco de AP, su futuro es incierto. Cuanto más que Correa, el alma de AP, no ha entendido que no es más su tiempo para intervenir al nivel gubernamental o en la política pública actual. Es algo elemental o de sentido común se eligió a otra persona que tiene derecho de gobernar.
Su intervención en tuits, redes sociales, El Telégrafo para definir lo que conviene o no al gobierno, devalúan a Moreno. Lo acorralan y someten. No puede así lograr autoridad, sin la cual no podrá gobernar. Ante los aspectos de personalidad de Correa, que al parecer le llevan a seguir de centro de la vida pública, únicamente Moreno puede definir un límite, exigir respeto y ponerlo en su sitio, que no es el de presidente tras las bambalinas.
Se puede, entonces, plantear una tercera hipótesis. Además de pensar que Moreno sigue las posiciones de AP, y que tiene una idea diferente (¿tiene?) pero inconfesa, acaso, uno puede interrogarse si la perspectiva de Correa y de sus cercanos de AP, no es la de deslegitimar a Moreno Optar es indispensable, a todo nivel. El insumo clave del diálogo es la posición gubernamental.
Pero hay ausencia de definiciones del gobierno. No son, por ejemplo, los empresarios que deberían definir la política económica. Los actores sociales aportarán con posiciones que enriquecen o llevan a rectificaciones, pero la definición primera gubernamental es indispensable.