Para mejorar y progresar debemos enfocarnos en lo positivo y descartar lo destructivo. ¿Qué persona y qué país no enfrentan dificultades? Aún estamos en un nivel de conciencia, educación y formación muy precario; debemos avanzar de forma acelerada para disminuir la brecha de desarrollo y no quedar rezagados de la transformación social y económica mundial incesante y acelerada.
El sistema educativo actual es obsoleto; sigue usando conceptos y una estructura originada en el siglo XIX, con pocas innovaciones en su estructura y en los procesos de aprendizaje. Su modelo es simple, poco relevante y no motiva el aprendizaje. De esa forma, los conocimientos son mera información sin utilidad funcional. No responden a los requerimientos actuales, que exigen mayor imaginación y creatividad. Nuestra educación debe pasar de un sistema punitivo a uno que impulse la superación de errores y fracasos.
Debe enfocarse en dar valor a lo que se aprende, a enfrentar desafíos, a maximizar la adquisición de conocimiento. La agenda básica de habilidades y herramientas necesarias para el futuro tiene su origen en el proceso educativo desde la temprana edad; más ahora que estamos entrando en la Cuarta Revolución Industrial y en la era de las tecnologías exponenciales, la inteligencia artificial (IA), aplicadas como parte integral del aprendizaje.
Proceso que debe ir acompañado de tolerar los errores, estimular la perseverancia y fomentar el hallazgo y la búsqueda de soluciones. El genial inventor Thomas Alva Edison contó, hace más de cien años, que no tuvo 999 fracasos para llegar al éxito en su ensayo número mil, sino que encontró 999 maneras que no eran las que debía realizar para alcanzarlo. En otras palabras, resiliencia y persistencia son los objetivos del proceso de aprendizaje.
La nueva visión incorpora elementos que parten de las capacidades de lectura, escritura y cálculo. Los estudiantes en gran parte del mundo tienen serias dificultades para entender lecturas básicas, y lo mismo sucede con la escritura,. que son las formas de manifestar nuestros pensamientos y sentimientos, de entender conceptos y de desarrollar modelos mentales. Lamentablemente la evolución del ¨smart phone que nos abre muchas oportunidades también desarrolla malos hábitos, un mal que se acentúa también por la influencia de las redes sociales que inducen a los jóvenes a textos básicos. .
Entender el proceso básico matemático es la esencia misma de la ciencia. Penosamente en Ecuador, apenas se gradúan cuatro ingenieros de cada cien estudiantes universitarios: una deficiencia alarmante en el objetivo de crecimiento de un país. Cuando se habla de que se perderán millones de puestos de trabajo en la próxima década con el desarrollo e implementación de las nuevas tecnologías, la automatización y la robotización, no se dice que también se crearán millones de oportunidades para personas empoderadas en capacidad tecnológica, con pensamiento crítico y acostumbradas al trabajo en equipo.
El mejor ejemplo está en China que desde 1978 se propuso modernizar el país inspirada en la célebre frase de Deng Xiaoping: «No importa el color de los gatos, mientras cacen ratones». Y ahí está el resultado: hoy compite, tecnológica y económicamente, con los mejores y más innovadores. Mientras tanto, ¿qué hacemos con la Educación Inicial, Educación General Básica, Bachillerato y la Educación Superior: durante los quince o dieciséis años que dura su proceso de transformación, no debemos quedarnos de brazos cruzados. Se puede hacer mucho.