Aceptémoslo, los humanos tenemos unas dosis extraordinarias de torpeza. Esperamos estar mejor, aún cuando todo apunta a lo contrario.
Hay un ejemplo que puebla mi cabeza en este momento, tenemos el peor sistema electoral en décadas y unas esperanzas de que el orden político en Ecuador mejore. ¡¿Cómo?!
Vale la pena recapitular las irregularidades detectadas en el Consejo Nacional Electoral presidido por Atamaint. En el 2019 Enrique Pita y Luis Verdesoto, autoridades electorales, denunciaron documentadamente casos de fraude en las elecciones de ese año. El CNE no sacó ni un reporte al respecto. Atamaint fue liberada de su juicio político en el 2020 por el asambleísta Daniel Mendoza – que acaba de salir de la cárcel por el caso de corrupción del Hospital de Pedernales -, tres días después se aprobó el partido político iniciado por Mendoza. El señor Luis Loyo, nombrado por Atamaint como Director Nacional de Procesos Electorales, fue un ex convicto por falsificación de documentos públicos y – estado en su cargo en el CNE – confesó ser parte de la red de tráfico de puestos liderada por el cura Tuárez. Luego se expusieron pruebas de que él sí solicitó la contratación de personal en el organismo electoral.
En las elecciones de este año se descubrió un centro ilegal de falsificación de actas en la mismísima sede del CNE en Guayas. Este hecho fue corroborado y aceptado por los mismos consejeros y por la misma Atamaint. Pero la versión que se expuso a la ciudadanía es muy poco verosímil, resulta que este equipo de presuntos delincuentes que no habían logrado ingresar ni una sola acta al sistema. Esto a pesar de que se los trincó 4 días después de las elecciones. O sea, el equipo únicamente se activó 4 días después de las elecciones y justo – coincidencia maravillosa – el instante en que iban a delinquir se les pescó. Yo no me lo trago.
Precampaña en todo el país, indicios de financiamiento ilegal en las campañas, entrega de obras por parte de candidatos a la reelección, distribución de regalos a cambio de votos, y el sistema de fiscalización y control del CNE bien gracias. ¡¿De qué tenemos esperanzas?!