En muchos regímenes republicanos la elección del primer mandatario incluye a un vicepresidente.
En la fase de promoción, propaganda y elección del segundo integrante de la fórmula, en la mayoría de los casos, existe poco interés político o público. El panorama argentino, sin embargo, dio una sorpresa, por primera vez, a días de la inscripción, produjo una inédita integración de los principales segundos que permite avizorar que se intenta superar los barreras para la gobernabilidad, como las dramáticas confrontaciones maniqueas entre peronismo y anti peronismo.
La primera sorpresa se produjo en el ala radical de los “descamisados” cuando la abanderada de sector más extremo propuso a la ex presidenta y polémica Cristina Fernández de Kirchner como candidata a la vicepresidencia en una fórmula encabezada por Alberto Fernández para la primera magistratura. Por la experiencia política de esa nación no se debe pensar que se repite la fórmula de Cámpora- Perón, como tampoco la del general con su esposa Isabelita. Mucho ha pasado desde entonces y le panorama impone nuevas estrategias; incluso, entre los sectores más contrapuestos. La maniobra recibió respuesta inmediata del frente oficial que ubicó como candidato a la vicepresidencia al peronista Miguel Ángel Pichetto.
Los primeros análisis tienden a interpretar que se ensaya una transformación estratégica que tiene como objetivo asegurar márgenes de mayor de gobernabilidad antes que la histórica confortación. Incide en esta perspectiva la agenda económica y social que señala que es imposible regresar al pasado del gradualismo y otros experimentos fiscales y monetarios; por lo tanto, surge como necesidad concertar entendimientos en las agendas diarias, no para ganar sino para gobernar. Añádase un importante hecho: los gobernadores( régimen federal), adelantaron elecciones y liberaron al electorado provincial frente a los comicios presidenciales.
El caso ecuatoriano, registra especiales historias de los vicepresidentes que ascendieron constitucionalmente a la primera magistratura: Carlos Julio Arosemena, Osvaldo Hurtado, Gustavo Noboa, Alfredo Palacio. Su presencia en el mando de la República demostró al país y al mundo que no eran figuras de oropel sino ciudadanos capaces de cumplir con la constitución y la ley. El problema es que en la actualidad no solo radica en ausencias de candidatos a la segunda función, sino que la vacancia y vagancia se extiende a casi todas las papeletas. En un panorama donde el voto es obligatorio y la agenda de las opciones a pocos meses de las elecciones solo cuenta con la posibilidad de Jaime Nebot. No hay más o son inexistentes o carecen de convocatoria. Es parecido a la selección de fútbol de mayores, por lo menos en el debut. Muy extraño que un país sudamericano no tenga fútbol de mayores ni políticos. Los de la Sub 20, no cuentan, son de otro planeta.