Mejor aunque insuficiente

Las especulaciones sobre lo que podía contener el programa económico del gobierno eran de distinta naturaleza, pues se rumoraba la eliminación de subsidios, el aumento del IVA al 15%, el incremento de las tarifas eléctricas y de transporte, etc. Nada de eso incluyo el programa, por lo que desde ese ángulo fue un anuncio positivo, pues aumentar por ejemplo el IVA en una coyuntura de un crecimiento económico modesto y volátil y con síntomas deflacionarios, habría profundizado el problema.

El anuncio tiene mensajes favorables como decir que van a reducir el tamaño del Estado, que bajarán el déficit fiscal, que eliminarán el ISD de acuerdo al comportamiento de la balanza comercial privada, que incorporarán nuevas modalidades de contratación laboral, la mejor recaudación tributaria en función de criterios de mayor eficiencia, etc.

En cuanto a los anuncios desfavorables está el aumento de aranceles, lo que si bien es potestad solo del gobierno sin necesidad de la actuación de la Asamblea Nacional, como sería una reforma tributaria, sigue siendo un impuesto a las importaciones. Imponer aumentos de aranceles aduciendo que esto protege la liquidez y la dolarización es un error. Los importadores son racionales. No porque bajen las tasas arancelarias se va a importar sin límites, pues siempre comprarán bienes del exterior dependiendo de la demanda interna. La demanda de sus productos será el tope de las importaciones. Por lo tanto, es equivocado pensar que con menores aranceles las importaciones crecerán sin fin. La raíz del problema comercial es el desorden fiscal. El exceso de gasto público no encuentra suficientes proyectos de inversión, lo que hace que esa liquidez demande importaciones o simplemente salga fuera de la economía.

Otro anuncio negativo es pretender bajar el déficit fiscal del 5.6% del PIB el 2018 al 2.5% del PIB el 2021, no por el concepto de bajar el desequilibrio sino por las cifras. Ya se cuenta con información al primer trimestre 2018. El déficit fiscal proyectado para este año será cercano al 8% del PIB, pues nuevamente hay sobreestimación de ingresos y subestimación de gastos. Partir de un déficit equivocado provocará decisiones también erradas. Inclusive, si se aceptara el déficit del 5.6% del PIB y se pretende llegar al 2.5% del PIB en 3 años, significaría 1 punto porcentual por año, lo que resulta totalmente insuficiente si se busca sanear las finanzas públicas. La meta debe ser cero déficit el 2021 si pretenden recuperar la confianza nacional e internacional. Caso similar es buscar reducir el tamaño del Estado en USD 1 000 millones por año cuando el crecimiento fue del 21% al 40% del PIB, es decir alrededor de USD 20 000 millones.

El gradualismo no significaba un programa blando o tibio, sino la aplicación sea paulatina pero en las magnitudes adecuadas para poder recuperar los equilibrios macroeconómicos.

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