¿Qué le pasó a Alemania?

¡Una verdadera ducha de agua helada! Sí, eso es lo que ha dado el Gobierno alemán a la Iniciativa Yasuní-ITT: el ministro federal de Cooperación Económica y Desarrollo, Dirk Niebel, envió la semana pasada a la diputada verde Ute Koczy, una carta indicando que el Gobierno alemán desistiría de apoyar la Iniciativa Yasuní-ITT aduciendo argumentos pobres que denotan que ni siquiera revisó la novedosa propuesta planteada por el Ecuador, que permite enfrentar el cambio climático, proteger la biodiversidad, respetar los pueblos en aislamiento voluntario y combatir la pobreza extrema.

El ministro Niebel, digno representante del partido liberal alemán, fue acusado ese mismo día en el Parlamento federal, de ser un mediocre que ha permitido que le rebajen al presupuesto anual del Ministerio de Cooperación y Desarrollo, mil quinientos millones de euros, reduciendo la cooperación alemana internacional. Y parecería que los disgustados parlamentarios de la izquierda, la socialdemocracia, la unión 90 y los verdes tienen toda la razón. El derechista Ministro está más interesado en cuidar los euros que se invierten en los bancos debilitados por la crisis financiera, que en combatir la pobreza y evitar el calentamiento global.

A pesar de que la Iniciativa fue elaborada con apoyo económico alemán y que fue discutido en detalle con los técnicos de desarrollo germanos, ahora el ministro Niebel aduce que a la propuesta le faltan argumentos sólidos y es peligrosa porque podría ser un precedente para que otros países productores de petróleo demanden un aporte parecido al que solicita el Ecuador. En otro párrafo aduce que no ve ventajas entre la Iniciativa Yasuní-ITT y el proyecto REDD que permite pagar a un país si reduce su tasa anual de deforestación. El ministro Niebel no quiere reconocer que el proyecto ITT es mucho más ambicioso porque no sólo que evita la deforestación, sino que protege la biodiversidad, fomenta la reforestación, promueve el cambio de la matriz energética del Ecuador, invierte en el cuidado de los pueblos no contactados y la solidaridad con las comunidades más pobres para que mejoren su nivel de vida.

¿Qué tiene que hacer el Ecuador ahora? Reforzar la campaña de convencimiento, evitando discursos ambiguos y llevando a cabo en Alemania todas las gestiones ante el Parlamento para disuadir los débiles argumentos ministeriales. El apoyo sincero de los partidos de izquierda, verdes y socialdemócratas es presión suficiente para que las cosas se enderecen. Simultáneamente deberá urgir al Gobierno español y al belga para que concreten su aporte e insistir con Francia y Suecia para conseguir su cooperación. Una reacción favorable de varios países europeos permitirá que Alemania reconsidere su posición.

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