El conocido “hacker”, imputado por la justicia Sueca y del Reino Unido, recibió asilo del Estado Ecuatoriano, no sé si a solicitud suya o por generosa invitación del Canciller Patiño.
El derecho de asilo es una institución propia de latino-américa, que no se reconoce en Europa y que solamente puede concederse por delitos políticos.
El Canciller de “Yo el Supremo” miró de lado la Convención de la Habana, según la cual no es lícito dar asilo a “personas acusadas o condenadas por delitos comunes”.
Una o más oficinas de la Embajada fueron convertidas en un pequeño departamento, dotado de computadora y otros medios para que el asilado siga realizando sus actividades de “ hacker” y al servicio de Rusia intervenga en las elecciones presidenciales de los Estados Unidos para favorecer a Donald Trump o apoye a los independentistas catalanes y así otras acciones que han creado tensión entre Ecuador y sus aliados internacionales, todo bajo la complaciente sonrisa de nuestra Cancillería, hasta que el Presidente Moreno le conminó a comportarse de acuerdo con las normas que obligan al asilado y se le cortó la conexión por internet.
Desconozco si por astucia de la ex-Canciller o por iniciativa del español señor Baltasar Garzón, principal abogado de Assange, surgió la brillante idea de convertirle, de la noche a la mañana, en ciudadano ecuatoriano.
La intención era hacer bobos a los duchos funcionarios del Foreign Office y con esa maniobra lograr su salida del Reino Unido.
Y no solo eso: se dio a Assange un nombramiento diplomático.
Todas estas manipulaciones se realizaron con la puerta cerrada del despacho de la Ministra, sin informar al Presidente.
Como parte de la jugada, Assange renunció al asilo.
Nos encontramos en una situación sin precedentes: un ecuatoriano escondido en una Embajada de su país, con todos los gastos pagados por el pueblo ecuatoriano.
Si renunció el asilo ¿cómo sigue en la Embajada? Veamos la cadena de trampas.
En primer lugar, de acuerdo con la Constitución son ciudadanos por naturalización los que la obtengan “por haber prestado servicios relevantes al país con su talento o esfuerzo individual”.
¿Será servicio relevante el habernos calificado de país de insignificante y el haber abusado del asilo causando conflictos al Estado? En segundo término, nacionalizado como está no puede ser extraditado. Y ese parece el objetivo de toda la tramoya.
O Assange y sus abogados embaucaron a la señora María Fernanda Espinosa o ella planificó toda la trama para proteger a Assange.
En todo caso debe revocarse la carta de naturalización y la ex-Canciller responder por haber violado la Constitución y la ley.
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